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El verdadero nombre del monstruo de Frankenstein

Literatura

El verdadero nombre del monstruo de Frankenstein

Es una fuente de inspiración para otras historias de terror y un personaje fundamental dentro de la cultura popular

Es uno de los personajes más significativos del terror gótico y una opción común para un disfraz de Halloween. Tiene el rostro desfigurado y deambula solitario y resentido por aquel que le dio vida, el doctor Víctor Frankenstein.

El monstruo de Frankenstein es una de las figuras literarias más interesantes de la novela gótica. Su invención es fruto de la creación literaria de Mary Shelley, autora de la novela que dio origen al tenebroso personaje.

Aunque el monstruo ha pasado a la cultura popular con el nombre de su creador, lo cierto es que en la novela fue desde el principio ignorado y rechazado, así que nunca tuvo un nombre. Frankenstein se dirige a él con adjetivos como «miserable» o «desgraciado». Pocas veces, y de manera significativa, es llamado «monstruo».

La novela

En el año 1816, Mary Shelley y su marido Percy Shelley fueron invitados a la elegante mansión suiza del legendario poeta Lord Byron. La erupción del volcán Tambora había extendido sus cenizas provocando una bajada de las temperaturas e impidiendo la entrada de los rayos de sol. Aquel día de verano fue uno de muchos afectados por el llamado «invierno volcánico».

En aquellas extrañas circunstancias, Byron retó a sus acompañantes a componer la mejor historia de terror. Con ese concurso germinaron las semillas de una de las novelas góticas más importantes: Frankenstein o el moderno Prometeo.

La novela cuenta la historia del científico Víctor Frankenstein, cuando consigue dar vida a una criatura inerte. La extraña creación tiene una altura que supera los dos metros. Su piel es amarillenta, estirada sobre un cuerpo desproporcionado y deforme. A pesar de su apariencia humana, tiene unos rasgos grotescos, los ojos hundidos y un rostro lleno de marcadas cicatrices.

Portada de la edición de 1831

Ante el horror de aquello que había hecho, Frankenstein huye de su laboratorio. La criatura busca el amor de otros humanos, pero solo provoca el espanto de quienes se encuentran con él. El rechazo de la humanidad le convierte en un ser monstruoso, decidido a vengarse de su creador. A partir de entonces el científico vivirá con el tormento de su pecado y la persecución incansable de su criatura.

Publicada la obra en 1818, la historia fue llevada a los escenarios con las primeras adaptaciones teatrales. Desde entonces, el monstruo se convirtió en una fuente de inspiración para otras historias de terror y un personaje fundamental dentro de la cultura popular.

Origen de la confusión

Muchos llaman al monstruo con el nombre de su creador. El origen de esta equivocación está estrechamente ligada a las primeras adaptaciones de la novela al cine. En los carteles del primer corto cinematográfico se veía el rostro del monstruo y, junto a la imagen, el nombre «Frankenstein».

La imagen del monstruo más arraigada es la interpretada por Boris Karloff en la película de 1931. A partir de entonces, el actor quedó encasillado en ese papel y pudo interpretar al monstruo en otras películas, como La novia de Frankenstein, de 1935. Desde entonces la cultura popular asocia el nombre de Frankenstein con el personaje.

Escena de La novia de Frankenstein, con el actor Boris Karloff como La criatura

Pero, entonces, ¿tiene nombre el monstruo de Frankenstein? La respuesta es que no. Debido al rechazo de su creador, este nunca le concedió un nombre, condenado para siempre, no solo al rechazo de la sociedad, sino al anonimato, a la falta de una identidad propia y, en definitiva, al abandono.