El Instituto Cervantes se abraza a la «desconquista» española de América promovida por México

El Instituto Cervantes, dirigido por el izquierdista y leal a la agenda de Pedro Sánchez y su ministro de Cultura, Ernest Urtasun, Luis García Montero, se ha sumado con aparente entusiasmo a las agendas negrolegendarias e hispanófobas de gran predicamento entre los regímenes izquierdistas de países americanos como México o Venezuela.

La Casa de México en España promueve y acoge desde este jueves y hasta el 16 de junio un ciclo de diálogos que, con el elocuente título de Desconquista y fraternidad, contará con la participación activa del Cervantes.

Según el propio Cervantes, este ciclo de diálogos, en el que participarán escritores como Marta Sanz, Juan Villoro o Jorge Volpi, tiene como objetivo «debatir sobre la idea del poscolonialismo y las relaciones entre España y México».

«Desconquista», «poscolonialismo»…, conceptos todos ellos habitualmente empleados en los contextos woke de descolonización que abonan la teoría de la leyenda negra, según la cual, España fue una potencia imperial depredadora que debería pedir perdón a los pueblos americanos por el descubrimiento y conquista de América desde 1492, teoría defendida por la actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su predecesor Andrés Manuel López Obrador.

El Instituto Cervantes, con su participación en este evento, asume los ataques procedentes de la izquierda hispanoamericana que buscan estigmatizar a los españoles por su historia, en un ataque a la herencia cultural, lingüística y patrimonial de España en América.

El director del Cervantes, en ese sentido, participó en el primer día de jornadas con una conversación con Jorge Volpi sobre el concepto de «desconquista» a partir de «la nueva visión sobre la historia de las relaciones entre las naciones europeas y americanas» en virtud de las aportaciones de los «estudios poscoloniales».

Una terminología, toda ella, vacía de significado que sólo busca estigmatizar y erosionar la autoestima de los españoles como pueblo para que asuman una culpa que no les corresponde ni como individuos ni como nación.

Además, ponen como ejemplo de «desconquista y de igualdad» al que fue presidente mexicano Lázaro Cárdenas, que instituyó un régimen revolucionario de izquierdas, dio asilo a Trotski y puso las bases del futuro régimen y monopolio del poder por parte del PRI en México.