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Museo Picasso de Barcelona

Museo Picasso de Barcelona

El Museo Picasso de Barcelona enseña la cara oculta de las pinturas del genio malagueño

Abierta hasta el 4 de septiembre, la muestra presenta los trabajos de investigación en cuadros Bodegón, Jaume Sabartés con quevedos, o La copa azul entre otros

El Museo Picasso de Barcelona ha presentado el resultado de los estudios técnico-científicos de algunas obras del periodo azul del artista malagueño, como Naturaleza muerta (1901) o Azoteas de Barcelona (1903), pintados sobre otras imágenes, que ahora la tecnología ha desvelado.

La etapa azul de Picasso transcurre entre 1901 y 1904, cuando este color domina la gama cromática usada por el pintor, tras el suicidio de su amigo Carlos Casagemas el 17 de febrero de 1901.

Desvelado el proceso creativo

La muestra examina distintos aspectos de los cuadros: desde el proceso creativo, los materiales o la distribución de las capas de color, junto a la contextualización y relación con otras obras anteriores , en el caso de las telas reutilizadas.

«Siempre se había justificado el reaprovechamiento de las telas en Picasso por una cuestión económica, pero estos análisis demuestran que había una voluntad, y que el pintor deja deliberadamente guiños, reaprovecha colores, formas y texturas», detalló la comisaria de la muestra, Reyes Jiménez.

Por su parte, el director del museo, Emmanuel Guigon, ha resaltado que se trata de «un periodo determinante» en la obra del artista, que está «muy bien representado» en este museo.

La tecnología, subraya Guigon, se ha convertido en «una herramienta imprescindible» para los museos del siglo XXI; en este caso, los adelantos han permitido establecer relaciones entre instituciones con colecciones de Picasso «para conectarlas y generar una narrativa razonada de la época azul del artista».

En sus memorias, Sabartés recordaba que Picasso había pintado su retrato cubriendo el de una reclusa de la prisión parisiense de Saint-Lazare, extremo confirmado por el estudio radiográfico, gracias al cual se descubrió una figura femenina, con el característico tocado que llevaban las internas, y un fondo de arcadas que recuerda la arquitectura del recinto.

Los resultados de los análisis sugieren que el color de la capa subyacente es más vivo que en La mujer de la cofia (1901), tela también inspirada en una reclusa de Saint-Lazare; y en ambos casos perfiló las figuras con moratón de Prusia, delimitando los campos de color que previamente había aplicado con pinceladas espesas.

Las figuras ocultas

En el caso de Naturaleza muerta (1901), los análisis radiográficos y reflectográficos permiten vislumbrar una de esas parejas incomunicadas que Picasso pintó en ese momento después de la muerte de Casagemas

En la exposición se incluye el dibujo de época azul El ciego (1903), comprado recientemente por el Ayuntamiento de Barcelona gracias al derecho de tanteo sobre la exportación ejercido por la Generalitat y depositado en el Museo, «un dibujo -ha dicho Guigon- que está indiscutiblemente ligado a obras maestras de este momento como La comida del ciego (Metropolitan Museum of Arts de Nueva York).

Abierta hasta el 4 de septiembre, la exposición presenta los trabajos de investigación desarrollados en colaboración con otras instituciones como la National Gallery of Art, de Washington, que ha analizado las pinturas Bodegón y Jaume Sabartés con quevedos, ambas de 1901.

También colabora el Istituto di Fisica Applicata Nello Carrara de Florencia (IFAC-CNR), que se ha centrado en el estudio de La copa azul (hacia 1903); y la Universidad de Barcelona, encargada de los primeros estudios del óleo Azoteas de Barcelona (1903).

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