La Bienal de Venecia, contra «el ideal del hombre blanco»: el 90 % de las artistas serán mujeres
La comisaria Cecilia Alemani ha seleccionado una mayoría femenina para la gran cita del arte contemporáneo, que se inaugura esta semana tras una pausa de tres años con el título 'The Milk of Dreams'. Entre ellas figuran seis españolas
Después de tres años de ausencia debido al coronavirus, vuelve por fin la gran cita del arte contemporáneo mundial. Y lo hace por todo lo alto: la 59ª edición de la Bienal de Venecia tendrá lugar del 23 de abril al 27 de noviembre de 2022 y cuenta con el comisariado de Cecilia Alemani. «Como la primera mujer italiana en ocupar este cargo, tengo la intención de dar voz a los artistas para crear proyectos únicos que reflejen sus visiones y nuestra sociedad», ha declarado la comisaria.
Cecilia Alemani (Milán, 44 años) no solo es comisaria de arte, sino que ha organizado numerosas exposiciones de artistas contemporáneos. Actualmente es directora y comisaria jefe de High Line Art, el programa de arte público del parque urbano de Nueva York (el paseo elevado sobre el ferrocarril que en otro tiempo cruzaba el barrio de Chelsea), y fue la comisaria del Pabellón de Italia en la Biennale Arte 2017.
Pero además, Alemani llega con las ideas muy claras: de los 213 artistas seleccionados para los siete meses que dura la exposición, solo 21 son hombres. Es decir, el 90 por ciento de las artistas son mujeres: «Durante su primer siglo de historia, solo hubo un 10% de mujeres», sostiene la responsable de la exposición principal, que ha querido enmendar esa «injusticia histórica».
«El ideal del hombre blanco»
Además de acalarar que su objetivo es profundizar en el surrealismo –la exposición se titula 'The Milk of Dreams', como el cuento infantil Leche del sueño, que Leonora Carrington escribió para leérselo a sus hijos antes de dormir–, en su declaración de intenciones Alemani ha querido oponerse «al ideal universal del hombre blanco» como «centro inmutable del universo y medida para todas las cosas».
Durante los dos últimos años, Alemani ha tenido que preparar a distancia, a base de innumerables entrevistas con cientos de artistas vía Zoom y de visitas virtuales a sus estudios, la selección de los artistas y la intención de la exposición. Las preguntas que fueron surgiendo de estos diálogos parecen capturar el momento actual, pero también resumen muchas otras preguntas que impregnan las ciencias, las artes y los mitos de nuestro tiempo. «¿Cómo está cambiando la definición de lo humano? ¿Qué constituye la vida y qué diferencia a las plantas y los animales, los humanos y los no humanos? ¿Cuáles son nuestras responsabilidades hacia el planeta, otras personas y otras formas de vida? ¿Y cómo sería la vida sin nosotros?», se pregunta Cecilia Alemani.
Representación española
La exposición central de la Bienal cuenta con la participación para esta edición de dos artistas contemporáneas españolas: Teresa Solar (Madrid, 36 años) y June Crespo (Pamplona, 40 años).
La exposición central, titulada ‘The Milk of Dreams’, se desarrolla en el Pabellón Central de los Giardini y en la Corderie, Artiglierie y los espacios al aire libre de Gaggiandre y Giardino delle Vergini en el complejo Arsenale. La exposición presenta obras contemporáneas y nuevos proyectos concebidos específicamente para la Bienal de Arte, presentados en diálogo con obras históricas del siglo XIX en adelante. Entre las obras seleccionadas de artistas fallecidos, están las españolas Maruja Mallo (1902-1995) y Remedios Varo (1908-1963), ambas pintoras surrealistas, la dibujante Josefa Tolrá (1880-1959), además de la británica nacida en Las Palmas de Gran Canaria Georgiana Houghton (1814-1884).
También habrá en esta edición espacio para la política, especialmente para el arte político. La guerra ocupará un lugar importante en Venecia: se ha organizado una exposición al aire libre, bautizada como Piazza Ucraina, que irá a cargo de los comisarios del pabellón del país, obligados a abandonar el proyecto en febrero tras el comienzo de la invasión rusa. «En tiempos de guerras brutales como la que vive actualmente Ucrania parece casi imposible pensar en arte. Pero quizás lo que la larga historia de la Bienal de Venecia nos ha enseñado que esta institución puede funcionar como un espacio de conversación, una plaza donde el diálogo puede continuar y donde el arte puede servir como una herramienta para desafiar la noción misma de identidad nacional y política. En sus 127 años de existencia, La Biennale ha registrado los choques y revoluciones de la historia como un sismógrafo», opina Alemani, que anuncia una edición cargada de arte político.