Retrato de su madre
Fue un artista con un carácter complejo, irreverente e indómito. Gran parte de sus retratos se encuentran protagonizados por personajes que no le dejaban indiferente: pintó a su círculo más cercano, familia, amigos, personajes de la cultura y de la política y de cada uno de ellos consiguió una mirada introspectiva, un gesto realista y desmitificado reflejando el alma y la psiquis de cada uno de los personajes.
Tras la muerte de su padre, su madre, Lucie, quedó devastada y consumida en una profunda depresión que le llevó a un intento de suicidio. Freud quiso capturar cada momento que pasaba con su madre para retratar su dolor. Cada uno de los retratos de su madre son una crónica del dolor cotidiano de la viuda: fue retratada tendida en la cama, dormida, leyendo o ausente en sus pensamientos. Rescató de sus días solamente los momentos en los que ella no parecía advertir su presencia capturando su vacío y su tristeza.