Sale a subasta un cuadro de Munch escondido en un granero para salvarlo de los nazis
Sotheby's ha puesto a la venta «Baile en la playa», de Edvard Munch, con un precio de salida de 15 millones de euros
Tras la muerte de su padre a finales del año 1889, el pintor noruego Edvard Munch entró en una nueva etapa de su vida llena de inquietudes, desasosiegos y miedos que se vieron reflejados en sus posteriores cuadros. «Se acabaron los interiores mostrando gente leyendo o mujeres cosiendo, en el futuro será gente que respira, siente emociones, sufre o ama», escribió en su día Munch. Como consecuencia de esta nueva actitud creó el famoso cuadro El grito (1893) que casi medio siglo después se escondería en un granero junto a la obra Baile en la playa (1906) que ahora se subasta para mantenerlas fuera del alcance de los soldados alemanes en 1940.
La casa de subastas Sotheby's ha puesto a la venta Baile en la playa y las ganancias se repartirán entre la familia del hombre judío que se vio obligado a desprenderse de la obra al huir de los nazis. Se podrá pujar por el cuadro de cuatro metros de ancho a partir del 1 de marzo y se estima que su precio de salida será de 15 millones de euros.
Según detalla The art newspaper y The Guardian, el lienzo formaba parte de un friso de 12 paneles encargado por el director de un teatro de Berlín, Max Reinhardt en 1906. El pintor noruego quiso representar en cada uno de los paneles «imágenes de la psique moderna», como lo expresó el artista y el que será subastado por Sotheby's presenta figuras bailando donde se puede identificar a dos de los grandes amores de Munch, Tulla Larsen y Millie Thaulow en primer plano. «La primera fue una aventura turbulenta que terminaría con Munch disparando su propia mano en el calor de la pasión, y la segunda era la esposa de su primo y el primer amor del pintor», ha señalado el vicepresidente de bellas artes de la casa de subastas Simon Shaw.
En 1912 cuando el teatro fue renovado y los paneles se dispersaron. El director de la biblioteca de arte de Berlín y amigo del pintor noruego Curt Glaser adquirió entonces este panel. Tiempo más tarde dedicaría varias investigaciones a la obra de su amigo reuniendo también varias de sus pinturas para su colección de arte. En 1933, en el preámbulo de la Segunda Guerra Mundial, los nazis destituyeron a Glaser de su cargo por su origen judío. Un mes después, el historiador de arte vendería su colección compuesta también con obras de Henri Matisse y Max Beckmann. Al poco tiempo de salir a la venta, Thomas Olsen, vecino de Munch compró Baile en la playa junto con otras obras del artista como por ejemplo una de las cuatro versiones de El grito. Una vez comenzada la contienda mundial, Olsen decidió esconder su colección en un granero en el bosque.
La venta actual ha sido negociada por las familias Glaser y Olsen. Shaw señala que Baile en la playa «se encuentra entre las más grandes de todas las obras maestras expresionistas que quedan en manos privadas; su impacto emocional sigue siendo tan poderoso hoy como en 1906».