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El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y Olyverse revolucionan el mundo del arte con su primera colección de NFTs “Les Vessenots” de Van Gogh

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y Olyverse revolucionan el mundo del arte con su primera colección de NFTs «Les Vessenots» de Van Gogh

¿Qué tienen que ver el Thyssen, Van Gogh, Cayetana Guillén Cuervo y Carles Puyol?

El Museo madrileño se convierte en escenario de la presentación del primer NFT de Van Gogh, una edición limitada cuyo precio de salida es de 30.000 euros, y del anuncio de un «peligroso» nuevo mundo

El museo y el artista. El Thyssen y Van Gogh. Hasta aquí nada llama la atención. Pero ¿y la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo y el exfutbolista Carles Puyol? ¿Y el actor Álvaro Morte, conocido por su papel en la exitosa serie La Casa de Papel? Hay un photocall en la entrada al Palacio de Vistahermosa. Coche rutilante en el que llega Guillén Cuervo, maestra de ceremonias.

Camisa blanca y gafas de festival de Cannes. Hay una brisita de Costa Azul bajo la calina. Se anuncia un hito. Lo anuncia la «incansable activista cultural» Cayetana. No un universo, sino un metaverso distinto el de Olyverse, la compañía responsable de la digitalización de Les Vessenots en Auvers de Van Gogh en colaboración con el Museo Thyssen- Bornemisza. «Un pedazo de vida», según Guillermo Solana, director del museo, del pintor holandés, que en la última y más grave de sus crisis fue enviado a Auvers a la casa del célebre doctor Gachet, por intermediación de Pissarro.

'Les Vessenots en Auvers', de Vincent van Gogh

'Les Vessenots en Auvers', de Vincent van GoghMuseo Thyssen- Bornemisza

Fueron los últimos días de la vida del desdichado Vincent, que pintó este trigal aún verde (con ondulada mancha azul misteriosa incluida), además de otros 71 cuadros, 33 dibujos y un grabado en solo 70 febriles días. Evelio Acevedo, director gerente del Thyssen habló de este «paso a la modernidad» de la pinacoteca con su incursión en los NFT. «Iniciarse en esto nos parecía oportuno», aseguró. «Avanzar en la democratización del arte y en el coleccionismo digital donde haya grandes maestros de la pintura».

Van Gogh fue un incomprendido como pueden serlo los NFT certificados por el Thyssen, la blockchain y la mesa redonda del metaverso, el universo en 3D donde brillan las posesiones digitales, virtualidad de difícil comprensión, como Van Gogh, que pretenden desentrañar empresas como Olyverse, Telefónica o LG. Una superación de internet. Una evolución del lenguaje técnico informático de traducción difícil y se supone que de manifestación sencilla en el público. La enorme transformación digital del mundo más allá de lo físico.

La superación también del museo a través de su virtualidad, que deja atrás la observación real. La imagen «mejorada», que incluso resta interés a la obra original. ¿Un avance? Acevedo habló de «miedo» ante el mundo de posibilidades que ofrece la digitalización. «No se le pueden poner puertas al campo y tampoco a la tecnología», dijo, convencido de que Van Gogh sería hoy un artista digital. Un paso importante acompañado de palabras medidas, como si se estuviera dando un paso peligroso, además de importante.

'Matrix' y el VAR, metáforas del futuro

La sorprendente autentificación de la imagen virtual que necesita de un buen dispositivo para garantizar la calidad de la imagen. ¿Dobles de obras de arte? ¿Por qué? ¿Para qué? Para llegar a todos los públicos, asegura la ponencia. La tecnología que se introduce en el arte con una sensación invasiva. Álvaro Morte, el actor, habló de lo que supuso Matrix como metáfora. «El concepto de NFT ofrece posibilidades nuevas de financiación». «Cultura universalizada para la que hay que estar abiertos», «la base del futuro».

Carles Puyol, cofundador de Olyverse, habló del VAR y de su polémica. De Matrix al VAR para digitalizar a Van Gogh, para «tecnologizarlo» como se ha «tecnologizado» el fútbol, donde un futbolista antes tenía que ver un partido para estudiar al rival y ahora solo tiene que pedir «remates de cabeza de Mbappé», y se tienen todos. También goles, es decir, fotografías de gran calidad digital, pero tan virtual como un cromo que no se estropea. ¿Y si no se estropea, es mejor? Preguntas sin respuesta ante un mundo desconocido por el que afirman sentir «ilusión» ante la «etapa exploratoria llena de retos» (siempre «bien usada», insisten con temor) que ha elegido las pinceladas de Van Gogh para iniciarse en este nuevo «verso», de momento, tan poco poético.

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