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Ilustración urtasunPaula Andrade

El ministro Urtasun, enrocado con el arte íbero y virreinal

El ministro centra sus críticas en la influencia del arte íbero por los pueblos colonizadores del Mediterráneo Occidental y en la significativa presencia de pintura virreinal en museos e iglesias españolas

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, continúa con su mensaje de los museos con material colonial. En esta ocasión ha centrado sus críticas en dos. En concreto en los restos arqueológicos ibéricos en el Museo Arqueológico Nacional y arte virreinal en la colección de pintura del Museo de América de Madrid. En concreto el ministro centra sus críticas en la influencia del arte íbero por los pueblos colonizadores del Mediterráneo Occidental y en la significativa presencia de pintura virreinal en museos e iglesias españolas y americanas, con especial mención a la colección del Museo de América de Madrid.

El Museo de América de Madrid fue creado en 1941 formándose con las obras que se conservaban en el Museo Arqueológico Nacional. En total alberga 25.000 piezas de artes divididas en colecciones que comprenden arqueología precolombina, arte virreinal y etnografía. Nos centraremos en el virreinal, ya que lo nombra el ministro Urtasun.

La mayoría de las piezas que se conservan son del siglo XVIII. Hemos de tener en cuenta que esta colección se adquirió desde 1941 a 1966 y no durante los años en los cuales los países de América del Sur eran provincias españolas. Y no solo esto, en los últimos años se han seguido comprando piezas para ampliar la colección. Encontramos obras, por ejemplo de Cristóbal de Villalpando, Miguel Cabrera, José de Ibarra, Juan Patricio Morlete, José Campeche, Gregorio Vásquez de Arce o Diego Quispe Tito. Pintores que vivieron entre los siglos XVII y XVIII.

Además hay colecciones virreinales de escultura, platería y cerámica. De la primera lo más importante son las esculturas con piedra de Huamanga. Así como obras del andaluz Pedro Laboria o la figuras de cera de Andrés García del siglo XIX. La colección de platería incluye piezas virreinales y también algunas realizadas en los países americanos tras su independencia y en Filipinas. De la cerámica resulta fundamental el grupo integrado por casi un millar de piezas del XVII, reunidas en ese siglo por Catalina Vélez de Guevara, IX condesa de Oñate, y legadas en 1884 al Museo Arqueológico Nacional por María Josefa de la Cerda y Palafox, condesa viuda de Oñate.

El Museo Arqueológico Nacional, creado en 1867, basa su colección en piezas originarias de España, desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna. Asimismo tiene diferentes colecciones procedentes de la Antigua Grecia, tanto de la metropolitana como, sobre todo, de la Magna Grecia, y, en menor medida, del Antiguo Egipto y de Oriente Próximo.

Entre las obras íberas que conserva el Museo, de aquellos pueblos colonizadores del Mediterráneo Occidental como dice el ministro Urtasun, tenemos la leona de Baena del siglo VI a.C.; el sepulcro del Pozo Moro del siglo VI a.C. encontrado en Chinchilla de Montearagón; la Dama de Elche del siglo IV a.C.; el Toro de Osuna del siglo V a.C.; la Dama de Baza del siglo IV a.C.; la Dama Oferente del Cerro de los Santos del silo II a.C. En definitiva, el conjunto de escultura ibérica es excepcional por su calidad y cantidad. A parte de importante valor son los conjuntos de orfebrería, con ejemplares fenicios, tartésicos, ibéricos, celtibéricos, vacceos y castreños.

La multiculturalidad enriquece y querer reducirlo a un hecho colonial, invasor, es reducir la cultura a un mero papel inquisitorial, la cual cosa no es cierto y nunca lo ha sido

Teniendo en cuenta las colecciones que hay en los dos museos, el ministro Urtasun define toda este arte, tanto íbero «como virreinal como un conjunto de manifestaciones culturales que se desarrollan en una comunidad bajo la influencia dominante de otro grupo humano foráneo, que introduce sus formas culturales y modifica las manifestaciones propias de las comunidades originarias».

Tengamos en cuenta que España viene de los íberos. El nacimiento de la Iberia es de esta civilización y, evidentemente introdujo formas culturales. Ahora bien, no modificó las manifestaciones propias. Todo lo contrario, las culturas existentes en España se enriquecieron. Lo mismo ocurrió con el llamado virreinal. La cultura se enriquece con el flujo de otras civilizaciones. Y esto ha ocurrido siempre. La multiculturalidad enriquece y querer reducirlo a un hecho colonial, invasor, es reducir la cultura a un mero papel inquisitorial, la cual cosa no es cierto y nunca lo ha sido.

La cultura, en mayúsculas, se basa en las influencias de todas las civilizaciones que, directa o indirectamente han formado parte de la historia. Pasa lo mismo con otras formas como podrían ser el expresionismo, el cubismo, el romanticismo… Toda cultura bebe y ha bebido de los hecho para evolucionar hacia un futuro y reconvertirse en otras formas de expresión cultural.