¿Para qué tener una obra de arte original si puedes comprar una carísima copia?
Algunos millonarios están optando por llenar sus yates de copias de obras de arte para minimizar el riesgo de daños a bordo
El caso del Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci podría ser paradigmático. La obra de arte alcanzó un récord absoluto en subasta tras alcanzar la cifra de 450 millones de dólares en 2017 en la casa Christie’s.
El comprador sigue sin revelar su identidad, aunque se especula con que podría ser el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salmán.
El hecho es que, desde entonces, el cuadro se perdió por completo y nunca más se volvió a tener noticias de su paradero.
Una reciente investigación de la BBC apunta a que el cuadro podría no haber salido en ningún momento de Europa, y se encontraría en un almacén aduanero de alta seguridad especial para la conservación de obras de arte de valor incalculable en la ciudad de Ginebra.
Según la BBC, Bin Salmán estaría preparando la construcción de un gran museo de arte en Riad cuya obra maestra sería el Salvator Mundi y que se presentaría coincidiendo con el Mundial de Fútbol de Arabia Saudí en 2034.
El objetivo del príncipe heredero saudí sería convertir el Salvator Mundi en la obra de arte más valiosa del mundo, destronando así a la Gioconda del Museo del Louvre, también de Da Vinci.
Sin embargo, y aquí la historia experimenta un curioso giro, no fueron pocos los especialistas que especularon con la posibilidad de que, deslumbrado por el misticismo de la pintura de Da Vinci, un Bin Salmán obsesionado con el Salvator Mundi decidiera cambiar de planes y terminara por colgar la pintura en su yate privado.
Lo cierto es que, entre los ultramillonarios, se está extendiendo la moda de llenar sus súperyates de gran lujo de obras de arte de valor incalculable.
El problema, informa la revista especializada ARTnews, es que un yate no es el mejor lugar para acumular obras de arte y ya se ha registrado accidentes catastróficos con la consecuente destrucción parcial o total de algunas obras.
Accidentes debidos no solo a la naturaleza de un barco, un medio de transporte que registra fuertes movimientos al capricho de los fenómenos meteorológicos y en constante contacto con la humedad y posibles vías de agua.
Los riesgos más serios para una obra de arte en un barco se debe a incidentes «domésticos», muchas veces fruto de la ignorancia de invitados o tripulación que confunden las a veces arriesgadas propuestas del arte moderno con objetos cotidianos que acaban en la basura o hechos pedazos.
Señala ARTnews que las obras de arte se han convertido en símbolo de poderío y status de las grandes fortunas.
El hecho de meterlas en un yate subraya ese símbolo de poderío, algo a lo que pocos millonarios van a renunciar.
El deterioro evidente de algunas obras de arte ha llevado, no obstante, a algunas fortunas a exhibir en sus embarcaciones copias de obras maestra o alquilar originales para eventos particulares.
Copias que, en algunos casos, son de tan alta calidad que podrían considerarse obras de arte en sí mismas, de hecho pueden llegar a ser carísimas.
En ese sentido, se ha generado una línea de negocio basada en el alquiler de obras maestras a millonarios para exhibirlas en sus fiestas en yates o en sus casas bajo determinadas condiciones de seguridad que evitan accidentes catastróficos.