Una pintura de Van Gogh permite a unos científicos identificar un fenómeno astronómico
La precisión con la que Van Gogh representaba los cielos nocturnos ha permitido en varias ocasiones rastrear diferentes particularidades astronómicas
Los conocimientos de astronomía de Van Gogh y su capacidad para reflejar en sus cuadros con precisión la ubicación de las estrellas en momentos concretos de noches específicas, ya quedó demostrada en los cuadros Noche estrellada sobre el Ródano y Noche estrellada.
En esas dos pinturas del artista postimpresionista neerlandés figura representado el cielo con asombrosa exactitud, lo que ha permitido ubicar la noche exacta donde fueron pintadas.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Texas ha logrado identificar el lugar y la fecha exacta en la que Vincent van Gogh pintó otra de sus obras cumbre, La avenida de los álamos al atardecer, gracias a la precisión con la que pintó el cielo.
El cuadro, quizás una de las pinturas más inquietantes de Van Gogh y que más interrogantes suscita, que la convierten en una de sus obras más eternas, representa una avenida rural flanqueada por grandes álamos.
En el centro, alineada perfectamente con la avenida, un sol poniente a punto de hundirse en el horizonte y, en su frente, una misteriosa figura humana que, al contra luz, proyecta su sombra en el punto de fuga.
La investigación, de cuyos resultados se hizo eco la revista Muy Interesante, siguió un método de trabajo multidisciplinar consistente en aunar puntos de vista propios de la astronomía, la historia y el arte.
Como resultado, la Universidad Estatal de Texas logró definir que la pintura se realizó en la calle Weverstraat en la localidad neerlandesa de Nuene el 13 o 14 de noviembre del año 1884.
La investigación la lideró el astrónomo Donald Olson, a quien se le encendió la idea paseando por Nueva York donde fue testigo de un fenómeno astronómico muy famoso en la ciudad de los rascacielos, el Manhattanhenge, que sucede dos veces al año cuando el sol se alinea con perfección increíble con las calles de la Gran Manzana.
Olson se acordó al instante del cuadro de Van Gogh y se planteó la pregunta de si La avenida de los álamos al atardecer no sería una representación fiel de un fenómeno astronómico similar en los Países Bajos.
Una simple búsqueda en Google Maps permite, gracias a las conclusiones del estudio, identificar el lugar exacto donde se realizó la pintura.
La avenida ha cambiado mucho con el paso del tiempo. Hoy ya no es un camino en la campiña, sino una calle de un suburbio de clase media de la localidad de Nuene y, aunque conserva los álamos, ahora comparten los flancos de la venida con casas unifamiliares con jardín y sus coches aparcados en la acera.
Con todo, se puede apreciar todavía hoy el lugar donde Van Gogh retrató tan fielmente en 1884 un fenómeno astronómico que 140 años después puede seguir identificándose.