Como muchos autores de su época, Julio Romero de Torres comienza su trayectoria con los parámetros de la pintura romántica donde se aúnan elementos propios del folclore y el costumbrismo de la España popular con temáticas historicistas y orientalistas. Ya entonces empezaría a destacar, pero pronto evoluciona su estilo hacia la modernidad y se mete por completo en la estética simbolista, donde triunfará como uno de los grandes exponentes españoles y europeos para, después, desarrollar un estilo propio inconfundible. Con todo, el pintor cordobés mantendrá las costumbres populares andaluzas, sus folclores y sus problemáticas, como principal temática, aunque dará un paseo al frente al tratar de romper los esquemas estéticos y morales imperantes en su época. En la imagen, La Fuensanta, el cuadro más cotizado de Julio Romero de Torres y protagonista de un sorprendente caso policial.