'Todo vuelve a cambiar': las claves para no perderse en la revolución digital

El universo de Enrique Dans es un lugar de encuentro para aquellos que necesitan saber más sobre la tecnología. No hace reviews de móviles ni de tabletas, pero lanza ideas de cómo será el presente inmediato con ellos y cómo afectarán al futuro.

Le podemos llamar visionario. También un tipo que desde que su padre le compró el primer ordenador decidió que estudiar Biología estaba bien, pero que divulgar sobre tecnología podía estar mucho mejor.

En 2010 publicó un libro titulado Todo va a cambiar. En 300 páginas explicaba con todo detalle la llegada de Internet y las futuras disrupciones tecnológicas que estaban por llegar. En 13 años, ese cable USB con el que aparece en la portada del libro apenas tiene uso, aunque estamos más conectados, la nube es nuestro lugar de encuentro y la centralización ha sido el motor de la Web2 que un día nos hizo felices.

En Todo vuelve a cambiar (Deusto, 2023), Dans dedica 192 páginas a explicarlo todo. Y cuando digo todo, es el periodo que abarca desde que los navegadores hicieron posible surcar internet, hasta las cadenas de bloques que validan transacciones para enviar dinero al otro lado del mundo sin que bancos ni gobiernos estén al tanto del proceso.

Los escritores se afanan en publicar sobre lo que está llegando para que nadie se quede atrás. Las nuevas generaciones dan por sabidos procesos que solo una generación anterior ni sabe de su existencia y, en la mayoría de los casos, critica por no entenderlos.

Dans abarca el periodo desde que los navegadores hicieron posible surcar internet, hasta las cadenas de bloques que validan transacciones

Enrique Dans explicó en la presentación de su libro cómo puso en manos de su hija un ordenador cuando era una niña. Un transgresor, un provocador, una persona que solo quiere tener a su hija delante de una máquina dirían algunos hace 30 años. Tres décadas después esa chica, ya madre, recuerda con ilusión como su padre guió sus pasos por el universo digital, cómo pusieron en marcha un blog y podía utilizar Messenger con personas conocidas.

Tres décadas después, Dans defiende en su libro la misma idea, la de dejar que los niños se acerquen a la tecnología. El problema es que eso necesita que los padres se sienten a enseñarles cómo funciona, a activar controles parentales y a pasar del mero entretenimiento a pagar unas clases de programación o robótica para que su mente esté preparada para el futuro.

Incluso a los adultos les dedica la frase: «Pasamos muchas horas en la web (…) mientras mantengamos un cierto control sobre ello, no tiene por qué ser nada malo, sino un signo de los tiempos y una consecuencia de la digitalización».

El pilar sobre el que asentar el presente y prepararnos para el futuro se escribe en cada una de las páginas de este libro

El pilar sobre el que asentar el presente y prepararnos para el futuro se escribe en cada una de las páginas de este libro que se retrotrae a la Web1, explica la Web2 que tiene un futuro incierto y acaba en la Web3 con el usuario como dueño de sus datos en la red.

Dans explica con un lenguaje sencillo cómo las grandes tecnológicas convirtieron esa web en una central de datos y comercializaron con ellos. Es especialmente crítico con Mark Zuckerberg y Facebook a la hora de manipular información sensible a cambio de una red social.

La inteligencia artificial no se queda atrás. Dans presumió en la presentación de animar a sus alumnos de la IE University a trabajar con ChatGPT y a manejar sus resultados con criterio propio. En el libro se niega a llamar inteligencia a este tipo de comportamientos mecánicos y aboga por el machine learning, al que todavía no ha encontrado traducción.

El autor se atreve con las criptomonedas, no solo a que compremos, vendamos y enviemos dinero a conocidos, también a explicar su funcionamiento y eso que no es sencillo. Un paso por Bitcoin y el bitcoin, por Ethereum y eter para entender que todo ha vuelto a cambiar.