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Cubierta de 'Los niños están mirando'

Detalle de la cubierta de 'Los niños están mirando'Impedimenta

‘Los niños están mirando’: cuando la televisión crea pequeños y crueles monstruos

Los niños están mirando (Impedimenta) es una novela inquietante, con muchos paralelismos con El Señor de las Moscas

Cinco niños malcriados, con una considerable mala leche. Muy pequeños, de entre 9 años la mayor y 3 la más pequeña. De dos familias recompuestas (son hermanastros). Están solos en su casa de la playa de Malibú. Sus padres, dos famosos cineastas de Hollywood, se han ido todo el verano a rodar su última película en Italia.

Los niños están al cargo de su niñera mexicana, a la que maltratan e insultan. Ella, desesperada, ha tirado la toalla y les deja hacer lo que quieran. Los niños pasan los días viendo películas de vaqueros y policíacas en la tele hasta las tantas de la madrugada. La criada hace su vida, mete a su novio en su casa y juntos beben y miran con codicia los objetos de valor de la familia norteamericana.

Cubierta de 'Los niños están mirando'

Impedimenta. 224 páginas

Los niños están mirando

Peter L. Dixon / Laird Koenig

Pero un día unos surfistas encuentran el cuerpo sin vida de la criada mexicana flotando en el mar. Nadie la identifica con la persona a cargo de los niños. Estos aprovechan para encerrarse en casa, simular que siguen al cargo de la niñera y se las ingenian para evitar que los diferentes adultos que llaman a su puerta (el vigilante de la urbanización, los policías que indagan la muerte de la mujer, el cartero o el conductor del bus del campamento), accedan a la vivienda.

Pronto la casa sucumbe ante el caos propiciado por la anarquía instaurada por los cinco pequeños salvajes que sobreviven solos: basura, comida podrida por el suelo, una inundación, un incendio… La casa se convierte de la noche a la mañana en la metáfora perfecta de cualquier distopía apocalíptica.

La burbuja en la que viven los pequeños se rompe cuando el novio de la niñera se presenta en la casa y toma posesión de ella «okupando» la habitación de los padres y dejando a unos niños aterrorizados que pronto empiezan a maquinar cómo librarse del intruso.

Con esa premisa, Impedimenta nos trae la novela Los niños están mirando, de los escritores y guionistas Peter L. Dixon y Laird Koenig.

La novela, publicada en 1970, se convirtió en uno de los fenómenos editoriales el verano pasado en España.

Es una retorcida y siniestra historia que guarda unos sorprendentes paralelismos y semejanzas temáticas con El Señor de las Moscas, del Nobel de Literatura William Golding.

La historia de Los niños están mirando también presenta a un grupo de niños convertidos en amos y señores de su destino y cómo son capaces, cuando quedan solos sin la supervisión de los adultos, de construir sin tutelas y de forma espontánea una pequeña sociedad.

Al igual que en El Señor de las Moscas, la microsociedad construida por los niños Moss en la casa de la California hippie en la que viven se rige por una ausencia total de normas y un régimen tiránico y cruel sustentado en el asesinato y la ausencia de toda moral o escala de valores.

Es, en ese sentido, y al igual que en la célebre novela de Golding, un relato pesimista, nihilista, existencialista, pero, al mismo tiempo, una excelente novela que, lejos de idealizar la infancia, la sitúa como metáfora de los demonios que habitan en el alma humana y que justifican un sistema político regido en leyes y en una autoridad, con el monopolio de la violencia, para obligar a su cumplimiento.

Con una prosa sencilla y una premisa sorprendente, Peter L. Dixon y Laird Koenig generan una atmósfera opresiva, terrorífica, y con su habilidad para el suspense al más puro estilo Alfred Hitchcock (se nota la formación cinematográfica de los autores), convierten Los niños están mirando en una novela adictiva de la primera a la última página.

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