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‘Nada sucede la víspera’: voluntad o destino

La última novela de Chufo Lloréns nos abre las puertas de una Barcelona ya desaparecida de amores imposibles, de decisiones erróneas y, finalmente, de un crimen

En ocasiones ocurre que no es necesario que una novela tenga un argumento innovador, ni una narrativa compleja, ni unos personajes en exceso rebuscados para conseguir conmovernos, sobrecogernos o fascinarnos. Tal vez Nada sucede la víspera no sea la mejor novela de Chufo Lloréns pero una vez que comienzas a leerla, no puedes parar.

Cubierta de Nada sucede la víspera

Grijalbo (2024). 464 páginas

Nada sucede la víspera

Chufo Lloréns

Con una prosa precisa y pulida, la trama comienza con un prólogo de tintes policiacos cuando el Marqués de Soto es hallado muerto en su domicilio. A partir del primer capítulo Chufo Lloréns nos introduce con la habilidad de un cronista, en la sociedad de la Barcelona de finales de los sesenta sin dejarse nada en el tintero. Locales de moda, selectos clubes, fábricas, gimnasios, pensiones, esquinas oscuras del puerto, barrios bajos, barrios obreros y barrios ricos dibujan el paisaje de una Ciudad Condal ya desaparecida pero que el autor nos describe de forma maestra. Con una estructura impecable, el ritmo narrativo nos lleva a diferentes épocas para entender tanto la construcción de la trama, como para que el lector comprenda la psique y el alma del personaje principal, Julio Urquizar y de cómo sus acciones y omisiones le llevan a su desgraciado final.

Chufo Llorens apasionado por la Historia, inició su carrera literaria en la década de los ochenta. Te daré la tierra (Grijalbo, 2008) y Mar de fuego (Grijalbo, 2011), ambas ambientadas en la Barcelona medieval se han convertido en dos de sus novelas más vendidas. A sus 91 años con Nada sucede la víspera firma esta novela que es, en definitiva, un retrato apasionado y certero del mundo, de los temas universales, de la lucha entre el deber y el deseo, de las clases sociales y de las aspiraciones individuales, de la maldad y de la bondad, de rendirse o luchar.

Nada sucede la víspera es una novela coral en la que todos los personajes tienen un papel decisivo, aunque a priori parezcan arquetípicos: la fría Marquesa, el hijo díscolo, la hija universitaria, la fiel sirvienta, la amante, el boxeador ambicioso, el maño oscuro, la prostituta y un limpiabotas hundiéndose en el lumpen, sin embargo todos y cada uno de ellos están construidos con gran profundidad, por ese motivo el escritor dedica a cada uno de ellos los primeros capítulos de tal forma que, a pesar de parecer que se ralentiza la lectura, lo que hace es presentarnos su alma y su contexto vital. Chufo Lloréns busca para sus personajes una dimensión más allá de la apariencia y una vez presentados en la trama abundan los giros e interacciones inesperadas para que no puedas parar de leer página tras página.

Julio Urquizar, Marqués de Soto, es un hombre rendido a su destino. Con ausencia de impulso y determinación se deja llevar por los acontecimientos y acaba rindiéndose a lo inevitable. Es su propio fatalismo y ese no tomar las riendas de su vida los que finalmente desatan la tragedia. Pero el drama no está en el violento final del Marqués, contado ya en el prólogo, sino en su propio carácter pues es su abulia la que propicia y alimenta ese fatum del que finalmente será víctima.

La novela de Chufo Lloréns, sin grandes ambiciones, deja espacio a los lectores para reflexionar sobre la fuerza del destino, algo sobre lo que filósofos como Cicerón o Santo Tomás de Aquino negaban al considerar que la existencia de la libertad personal junto con la moral son el fundamento de la responsabilidad del individuo respecto de sus propias acciones. La voluntad es, por tanto, la potencia natural que está por encima de la fuerza del destino. Por ese motivo contrapone la fuerza de voluntad de otros personajes como la prostituta, el maño o Marina que no se rinden al fatum.

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