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La cantante turca Gülsen, en uno de sus últimos conciertos, en Bodrum, Turquía

La cantante turca Gülsen, en uno de sus últimos conciertos, en Bodrum, TurquíaInstagram @gulsen

La cantante turca Gülsen se enfrenta a tres años de prisión por una broma sobre las escuelas religiosas

La célebre estrella del pop ha pasado una semana en la cárcel por hacer referencia a las Imam Hatip, que imparten estudios religiosos junto con el plan de estudios turco y donde se forman imanes y predicadores

El juzgado turco ha sido implacable: la cantante de pop Gülsen Bayraktar Colakoglu se encuentra bajo arresto domiciliario después de pasar casi una semana en el calabozo, y se enfrenta a penas de hasta tres años de prisión.

Así lo ha confirmado la agencia de noticias Anadolu después de que el pasado fin de semana fuera encarcelada a espera de juicio. ¿El delito? «Insultar o incitar al público al odio y la enemistad». El motivo es una broma que la cantante le hizo a otro miembro de su banda durante un concierto: los micrófonos estaban abiertos y se pudo escuchar a Gülsen diciendo: «Estudió en una Imam Hatip, de ahí viene su perversión».

El concierto se había producido en abril en Estambul, pero esa broma que pretendía ser privada ha sido tomada por las autoridades tanto como una incitación a la hostilidad como una humillación. Gülsen se refería a las escuelas vocacionales religiosas de Secundaria, extendidas por toda Turquía y bajo tutela estatal, donde se forman los imanes turcos. Allí estudiaron, entre otras figuras, el presidente Recep Tayyip Erdogan.

En un principio fue llevada a prisión, de donde ha salido este lunes para pasar a arresto domiciliario, teniendo terminantemente prohibido abandonar su domicilio. Sin embargo, los cargos no han sido retirados, y la acusación busca la celebración del juicio y pide para ella hasta tres años de prisión.

Disculpas públicas

La Fiscalía de Estambul abrió una investigación en base al artículo 216 del Código Penal turco; un artículo que organizaciones de defensa de los derechos humanos califican como uno de los coartadores de la libertad de expresión en el Estado turco. El 25 de agosto, la Policía detuvo a Gülsen, de 46 años. El juez de Paz de guardia ordenó su arresto. Pocas horas después, la cantante estaba entre rejas en la prisión para mujeres de Bakirkoy.

En su declaración, Gülsen insistió en que se trataba de una broma cómplice con su banda y que su intención no era insultar a sus seguidores. Además, pidió perdón a través de las redes sociales (en Instagram tiene 2 millones de seguidores y en Twitter, 1,6 millones), incidiendo en el hecho de que el vídeo del momento fue distribuido posteriormente, según ella, «con ánimo de polarizar a la sociedad».

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«Hice una broma con mis compañeros, con los que he trabajado durante muchos años en la industria musical. Pero el vídeo ha sido publicado por gente que, con malicia, buscar separar y polarizar la sociedad», publicó Gülsen.

Famosos, personalidades de la cultura y aficionados han pedido la liberación de la estrella del pop, entre ellos la galardonada novelista británico-turca Elif Shafak, que dijo en un tuit: «Lamento profundamente la detención de la artista @gulsen. (...) Esto es una campaña de linchamiento. No es legal ni consciente. Libérense de una vez». La icónica estrella del pop turco Tarkan también condenó la detención en Twitter, diciendo: «Esta injusticia contra Gülsen debe terminar y Gülsen debe ser liberada inmediatamente».

La cantante ya estaba en el punto de mira por sus reveladores atuendos en el escenario y, el portavoz del partido AKP, Omer Celik, tuiteó que «incitar al odio no es una forma de arte».

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