Entrevista a Alejo Stivel
Alejo Stivel: «La movida madrileña estaba sobrevalorada, pero era el movimiento que tocaba»
Alejo Stivel, miembro fundador del grupo Tequila y productor del disco 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, desgrana en El Debate los motivos del éxito de su carrera y su opinión sobre las corrientes musicales actuales
El grupo Tequila anunció su «despedida final» en la sala Joy Eslava el pasado 28 de noviembre. El mítico grupo nacido en Madrid de las manos de Alejo Stivel, Ariel Rot, Julián Infante, Felipe Lipe y Manolo Iglesias tiene en su catálogo canciones que forman parte del imaginario común, como Salta, Dime que me quieres o Me vuelvo loco.
La banda madrileña marcó un precedente revolucionario en la música española: fue una píldora salvaje y dinámica de lo que condujo a la primera liberación musical del país.
El Debate ha entrevistado a Alejo Stivel, que nos ha ayudado a conocer un poco más el recorrido musical de la emblemática banda... y el suyo propio.
–¿Habrá más de un adiós del grupo Tequila?
–Eso nunca se sabe. Si salgo de aquí y me atropella un coche ya no habrá ningún otro adiós. Pero si los astros se alinean de una forma caprichosa, quizás lo consigan. En principio no: ya hemos dicho adiós. Cada uno tiene su carrera y su vida. Queremos centrarnos cada uno en lo nuestro. Pero nunca se sabe...
Fue básico, no solo para sobrellevar el haber dejado mi país, sino para adaptarme a España. Me adapté instantáneamente gracias a Tequila
–¿Qué significó para ti la creación del grupo después de haber venido de Argentina, de haber aterrizado en España y alejarte de tu tierra? ¿Te ayudó a sobrellevar el exilio en el extranjero?
–Sí, sin ningún tipo de dudas. Fue básico, no solo para sobrellevar el haber dejado mi país, sino para adaptarme a España. Me adapté instantáneamente gracias a Tequila. Normalmente, las adaptaciones a veces son más largas, más arduas y en este caso fue casi automática. El grupo nos sirvió de inmersión en la sociedad española y nos facilitó el poder sentirnos de aquí.
–¿Cuál es la canción que de la que guardas un recuerdo más bonito?
–Rescatar un solo recuerdo es muy difícil, imposible. Hay tantas canciones... y todas te recuerdan algo. Si me pusieran un revólver en la cabeza y mi vida dependiera de ello, te diría una, pero como no es el caso, me parece algo forzado. No tengo ninguna canción favorita.
–¿De dónde salían esos títulos que siempre han llamado tanto la atención?
–Han salido siempre de nuestras mentes, de nuestras mentes perversas.
–Respecto a tu etapa como productor musical, ¿qué obra consideras tu favorita?
–Te voy a contestar lo mismo que antes... porque produje más o menos 250 discos. Hay tantos recuerdos, tantos momentos resaltables, que elegir uno solo me parece imposible, aunque me fuera la vida en ello. Hay muchos momentos y experiencias increíbles: M-Clan, Sabina…
–Hablando de Sabina, ¿cómo fue producir 19 días y 500 noches?
–Fue una experiencia fabulosa trabajar con un artista de ese nivel. Todo lo que es él como artista, como persona también, lo que simboliza. Fue muy divertido, muy intenso y artísticamente un regalo.
–¿Eres consciente de que has podido ser el artífice de la carrera de madurez de Joaquín Sabina al dejar al descubierto, haciendo de ello virtud, su voz rota?
–¿Cómo fue la separación de Tequila en aquella época? ¿Cómo superaste la ruptura?
–Supongo que cada uno lo hizo de manera diferente; no puedo hablar en plural. Para mí fue bastante traumática porque éramos como una familia, lo hacíamos todo juntos. La adaptación después de la ruptura fue como volver a cuando llegué a España. Vivía en una burbuja llamada Tequila que reventó. Fue duro y me tomó un tiempo largo de recuperación. Aunque fue una experiencia de la que aprendí mucho.
–Superaste las adicciones por ti mismo, sin ayuda de nadie. ¿Cuál fue el punto de inflexión?
–No lo sé. Supongo que echándole huevos, voluntad, decisión y con los referentes más importantes dentro de mi vida: mis padres. Me dejaron unos valores muy fuertes y esto me influyó bastante.
–¿Estás cansado de que te pregunten sobre esa vida loca que llevasteis durante esa etapa?
–No, no, lo acepto como… el karma.
–¿Habéis sentido alguna vez que esa reputación superaba vuestra trayectoria como artistas?
–No, para nada. Creo que lo que más se recuerda de Tequila son sus canciones: la gente las sigue cantando, bailando y saltando. Tienen una vida que nunca me hubiera imaginado que podía ser tan extensa. Es increíble que después de tantos años las canciones estén tan vivas como están. Vas a un bar y las oyes, las escuchas en la radio, la gente las reconoce. Hay fans de ahora que no habían nacido cuando nosotros nos separamos.
Los Beatles, los Rolling Stones yBob Dylan son mi Santísima Trinidad
–¿Cuáles fueron tus referentes musicales?
–Sin duda, los Beatles, los Rolling Stones, Bob Dylan... y muchos más. Sin embargo, esa tríada, esa Santísima Trinidad, es la que forma mi altar de referentes.
–De hecho, los Beatles y los Rolling han anunciado una colaboración.
–Sí, sí. Cuando murió Charlie Watts, hace un año, dije: «A los Stones le falta un bajista y un batería, que justamente es lo que son los Beatles que están vivos». Lo imaginé y se lo comenté a algunos amigos: «Deberían juntarse e incluso salir de gira», cosa que no sé si van a hacer. Creo que van a grabar unas canciones, pero deberían salir de gira y cantar temas de ambos. Imagínate lo que serían los Beatles y los Stones juntos. Sería la gira más grande de la historia. Además, Dylan también acaba de anunciar que viene a tocar a Madrid.
–Viene a España con 12 conciertos.
–En Madrid, dos noches en el Botánico... y más.
Así es como tienes que cantar en los discos, como estás cantando aquí, en tu casa, a las 2 de la mañana
–¿Qué opinión tienes sobre la movida madrileña?
–Simpático. Era simpático y divertido. Todas las noches y todos los días eran sábado. Pero a nivel artístico no teníamos nada que ver. Nosotros salimos mucho antes de la movida y realmente no estábamos encasillados en lo de la movida madrileña.
–¿Crees que es un movimiento un poco sobrevalorado?
–Bueno, artísticamente sin duda que está sobrevalorado, pero era lo que se tenía que vivir en ese momento socialmente. Yo creo que fue interesante porque fue un momento de ruptura: había acabado la dictadura y la gente se sentía libre, quería expresarse, a veces con más nivel y a veces con menos nivel. Fue un proceso casi terapéutico para la juventud española, que estaba muy reprimida y tenía que soltarse.
–Sobre la música actual de Argentina y la música iberoamericana en general, ¿qué opinión tienes?
–Soy un poco más vintage, la verdad es que no estoy muy al tanto de las últimas tendencias, pero me alegra mucho que haya un movimiento tan fuerte. El movimiento urbano no es lo que a mí más me gusta, pero respeto y me parece muy válido.
–¿Puede decirme un álbum de algún artista del que guarde especial cariño?
–Uf. ¿Tienes cuatro horas? ¿Te hago una lista?
–¿Crees que la inteligencia artificial podría llegar a sustituir a los músicos o crear música en algún momento?
–No tengo la más mínima idea.