El enorme éxito de los «viejos rockeros», el termómetro que revela el verdadero (mal) estado de la música

La terquedad de los datos a veces revela verdades incómodas, como el de que la música actual, a pesar del aumento notable de la afluencia a conciertos, no atrae a estos al mismo ritmo que la música del pasado. Dirán que no es cierto quienes manejan el negocio con los números en la mano, pero también los números delatan una burbuja de nostalgia que el día que canse, o que el tiempo inexorable la pinche, explotará.

Taylor Swift, líder de siempre

Los números de asistencia y de recaudación son extraordinarios entre los artistas líderes en una clasificación que refleja la prevalencia absoluta de los artistas del pasado sobre los del presente, con mínimas excepciones y particularidades que las justifican. A pesar del fenómeno más reciente, Taylor Swift, la cantante líder mundial de recaudación por sus conciertos, que no es precisamente una recién llegada.

En la lista de las diez giras de 2023, a la artista de Pensilvania le siguen Beyoncé, Bruce Springsteen y Coldplay. Ed Sheeran y Harry Styles dan un respiro a los artistas de hoy con su quinto y sexto puesto, respectivamente. En el séptimo se cuela la clásica Pink, el cantante de country Morgan Wallen (30 años) se coloca octavo, mientras dos artistas actuales como The Weeknd y Drake cierran la lista de los más perseguidos en vivo.

Ni Bad Bunny

No hay ningún artista actual que consiga superar a los «viejos rockeros». ¿Qué pasará cuando estos dejen simplemente de actuar? El todopoderoso reguetonero Bad Bunny, el artista más escuchado en las plataformas durante los últimos años, no superó en la recaudación de su gira a Pink, artista taquillera, aunque no súper taquillera como lo pueden ser U2 o Los Rolling Stones, y con 20 años de carrera, según las listas de Billboard o Pollstar.

Que Bad Bunny no haya llevado en estos años de éxito superlativo a más gente a sus conciertos que las estrellas de siempre, es un buen indicativo de la caída en picado de asistencia a conciertos que puede haber en un corto y medio plazo. Parece que la industria de los conciertos florece, pero sostenida por los habituales y al borde del abismo a juzgar por los datos.

U2, los Rolling Stones, Guns N' Roses...

En la década de 2010, las giras más seguidas fueron las de Elton John, Ed Sheeran, Guns N' Roses, Los Rolling Stones, Coldplay, Roger Waters, Billy Joel, Metallica, Pink y U2. Jóvenes octogenarios, septuagenarios y sexagenarios en su mayoría. La década anterior, la de los 2000, ocurrió lo mismo. Estaban casi los mismos. Artistas de rock, la música a la que ha apartado el reguetón en las preferencias de los jóvenes y en la producción, pero que continúa, en solitario y casi por aplastamiento, llevando a sus conciertos a toda la gente que no llevan los músicos actuales.

AC/DC, The Police, Cher o Madonna fueron los «noveles» que se sumaron en el primer decenio del XXI. Solo Taylor Swift y Harry Styles aguantan el tipo. La que fue artista original de country ocupa el primer puesto de todos los tiempos, y el ex de One Direction el sexto. Más allá de los U2, los Rolling Stones o los Coldplay que completan el decálogo parece que está, si no la nada, algo mucho menor. Una especie de agujero negro que acecha a la industria de los conciertos.