'Pepito y Paquito', el eslabón perdido del flamenco en la guitarra de Paco de Lucía y la voz de su hermano Pepe
El disco es el resultado del trabajo de recuperación y restauración de una antigua grabación de los hermanos De Lucía cuando eran niños
Paco de Lucía, el virtuoso de la guitarra flamenca, Pepe de Lucía, su hermano, cantaor y productor musical. Ambos constituyen una de las páginas más brillantes del flamenco que ya de niños despuntaban.
Los pequeños Sánchez Gómez (apellidos reales de los dos hermanes) formaron con 11 y 13 años el grupo Los Chiquitos de Algeciras y grabaron sus primeras canciones en 1959 en una grabadora de cinta Grundig TK46 de un amigo de la familia.
Los hermanos crecieron, desarrollaron una potente carrera musical, irrumpieron en el Primer Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera de 1962, hasta alcanzar las cumbres del mito, y aquella cinta, metida en una lata de membrillo, se perdió en 1967, aunque no su recuerdo.
Tras una labor de búsqueda concienzuda, casi arqueológica, la cinta apareció en 2022. Entonces comenzó un proceso de restauración, recomposición y limpieza del sonido de las 21 canciones que componen el disco con ayuda de herramientas de inteligencia artificial que dio como resultado el disco Pepito y Paquito, considerado el eslabón perdido del flamenco.
Producida por el sello BMG Music, en colaboración con la Fundación Paco de Lucía, y a la venta desde el pasado mes de mayo, las pistas grabadas en la casa familiar de Paco y Pepe recogen los primeros pasos de dos genios del flamenco llamados a escribir una de sus páginas más gloriosas.
Seguiriyas, bulerías, soleares, tangos, fandangos o cuplés, Pepito y Paquito es un disco de una complejidad asombrosa donde ya se aprecia el genio de los futuros gigantes del flamenco cuando no eran más que niños.
Es precisamente la alegría y desfachatez que derraman las grabaciones lo que encandila a quien lo escucha.
Se escucha a un Paco de Lucía ansioso por emular, en su virtuosismo, a su ídolo, el maestro de la guitarra flamenca, Niño Ricardo (Bulerías Niño Ricardo).
El toque y rasgueo de Paco de Lucía no es el de un niño de 11 años, sino el de un maestro del flamenco consagrado durante años en los tablaos.
Por su parte, la voz de Pepe es desgarradora, violenta, apasionada (Me falta la resistencia), refleja un dominio y maestría del cante como sólo podría mostrar un niño que disfruta jugando y que, a base de jugar, termina convertido en un genio de aquello que le gusta.
Pepito y Paquito es una obra maestra del flamenco, un documento único y un auténtico milagro disfrutable hasta sentir el dolor del flamenco como una hoja de acero que desgarra el alma.