Gana en el PGA Tour pero se queda sin el premio de millón y medio de dólares: la increíble historia del golf

Una historia así, de superar cualquier expectativa, derrotar al grande, llegar desde abajo y salir por la puerta de arriba, siempre reconectan a uno con la esencia fundadora de los deportes. Se crearon para ver historias así.

El último en protagonizar una historia así, digna de Hollywood, ha sido Nick Dunlap, un joven estadounidense de 20 años que está de estudiante de segundo año en la Universidad de Alabama que ha roto cualquier predicción, cualquier expectativa, y se ha alzado con la victoria en el American Express, en La Quinta, California, torneo que el año pasado venció Jon Rahm.

Para poner en magnitud esta victoria de Dunlap, ningún golfista aficionado había ganado un evento del PGA Tour desde 1991, cuando Phil Mickelson se llevó el Northern Telecom Open. Este golfista, Mickelson, es uno de los estandartes actuales del LIV Golf, el circuito paralelo al PGA Tour impulsado por los saudíes y que ha logrado atraer a Rahm a sus filas. Si Dunlap tendrá una carrera similar, sea en el circuito que sea, ya significaría una gran muestra de éxito.

Se queda sin premio

Pese a hacer historia, pese a lograr el triunfo con una última tarjeta de 70 golpes (-2) coronada con un agónico putt de metro y medio en el hoyo 18 del campo Pete Dye Stadium, pese a superar a pesos pesados como Justin Thomas, ganador de dos Grand Slams, o Xander Schauffele, campeón olímpico en Tokio, Nick Dunlap no cobrará el premio, millón y medio de dólares, que le corresponde.

Su condición de amateur le impide disfrutar de dicho cheque, que ha recaído en el segundo clasificado, el sudafricano Christian Bezuindehout. «No pude optar al cheque, pero fue un privilegio estar aquí y recibir el apoyo de tanto público. Poder demostrar que el golf amateur también es realmente bueno es algo único. Pero reconozco que aún estoy en shock. Nunca había visto tanta cámara y tanto periodista en un green» reconoció el joven Dunlap, instantes después de asaltar a la historia.

«Sentí que el guion de hoy ya estaba escrito», se felicitó Dunlap. «No he sentido nada igual. Es genial estar aquí y vivir esta experiencia como amateur. Si me hubieran dicho el miércoles por la noche que tendría un putt para ganar este torneo, no lo hubiera creído», reconoció este joven jugador, aún no consciente del tamaño de su hazaña.

No se sabe qué le deparará el futuro en su carrera a Nick Dunlap, desde luego que las expectativas son altas pero lo complicado no es llegar sino mantenerse. Pase lo que pase, esta proeza ya se queda en su memoria y en la retina de todos los espectadores. Uno de esos casos donde el sueño americano fue real de verdad.