«Lorenzo de Albacete»: Brown, el nacionalizado exprés que acabó como héroe del Eurobasket

«Ahora qué... Lorenzo, ¡Lorenzo de Albacete! ¡De Albacete! ¡El español número 1!». En mitad del éxtasis español del baloncesto, minutos después de conseguir el oro europeo ante Francia, Usman Garuba cogió el móvil, se fue a por Lorenzo Brown y se puso a lanzarle esos cariñosos elogios. Tiene la lógica explicación de quien ha sido el protagonista del gran debate en torno a la selección este verano.

Y es que Lorenzo Brown (Roswell, Estados Unidos, 1990) ha acabado siendo el héroe de un Eurobasket al que llegó con todas las críticas. Más que a él eran a la Federación de Baloncesto, que inició un proceso exprés del jugador con el apoyo imprescindible del Gobierno de España. Brown no tenía ninguna relación con nuestro país: ni jugó nunca en ningún equipo español ni vivió ni un solo día en España. Únicamente estuvo en nuestro país para jugar algún que otro partido de Euroliga. Aún así, el Gobierno concedió la nacionalidad española por carta de naturaleza a Brown.

Fue un expreso deseo de Sergio Scariolo, el hombre milagro del baloncesto español, el entrenador que (casi) nunca falla. Él le había conocido en la NBA cuando coincidieron cuando el técnico estaba en los Toronto Raptors. Tenía una necesidad deportiva, le faltaba un jugador en la posición de base, y Jorge Garbajosa (presidente de la Federación) inició unos trámites que fueron más rápidos que de costumbre. Pedro Sánchez aceptó la petición y Brown fue de inmediato español. Juró la Constitución en Atlanta, ni siquiera necesitó venir a España para hacerlo. No habla español, no tiene ni un solo familiar del país que ha defendido en este Eurobasket.

En el inicio de toda esta polémica pocos dudaban de la capacidad deportiva de Brown ni de las cosas positivas que pudiera aportar al equipo español. Bien es verdad que han sido mucho más de las esperadas, con participaciones legendarias -especialmente en la prórroga de octavos ante Lituania- que han dado este cuarto oro continental a España. Y de ahí la alegría, los elogios y los gritos de apoyo a un Lorenzo Brown que seguramente ni entienda que le dicen. No entendería ese «Lorenzo de Albacete» que le dijo Garuba y que era parte de la gracia que durante el Eurobasket se ha ido haciendo en las redes sociales. Se sabe que Brown no era español, pero ha sido tan bueno, tan relevante, que las risas y el gran juego mostrado se impone a la ética y conveniencia de una nacionalización exprés que, por otro lado, esperan miles de personas en España incluso cumpliendo todos los requisitos.

Cuando acabe toda la fiesta del equipo nacional Lorenzo Brown se irá de vacaciones y después se marchará a Israel, país en el que juega: milita en el Maccabi Tel Aviv. Posiblemente no vuelva más a España hasta que le llame Scariolo para otro gran torneo. Brown es un nacionalizado que nació en el estado de Georgia de Estados Unidos y que se formó en la NCAA con la Universidad de Carolina del Norte. Elegido en el Draft 2013 en el puesto 52 por los Minnesota Timberwolves jugó cinco años en la NBA con Philadelphia 76ers, Minnesota Timberwolves, Phoenix Suns y Toronto Raptors, donde coincidió con Scariolo.

Sin más hueco en el alto nivel estadounidense Brown se fue al baloncesto europeo y en los últimos años ha militado en el Estrella Roja serbio, el Fenerbahçe turco, el Unics Kazán ruso y ahora el Maccabi Tel Aviv israelí. Han sido estos años en los que ha visitado España alguna que otra vez para disputar encuentros europeos, única vez que pisó suelo de nuestro país antes de iniciar los entrenamientos con una selección de la que nada conocía.

Las reticencias por la nacionalización exprés de Brown no solo estaban en la afición. Rudy Fernández, capitán de esta selección, lo dejó claro cuando se enteró. «No me parece bien. Ya se lo he dicho al presidente de la Federación, Jorge Garbajosa, y como capitán tenía que dar mi opinión. Me enteré por la prensa de que habían nacionalizado a ese jugador, que no tenía ningún vínculo con el país», dijo Rudy, que eso sí después tuvo que rectificar sus palabras en beneficio del ambiente del equipo.

Ahora, con la victoria conseguida, con la hazaña ya firmada, las cosas son distintas. Todo es alegría y todos se congratulan de haber nacionalizado a un Lorenzo Brown que fue incluido en el mejor quinteto del Eurobasket. Y por eso ahora cantamos con él y sus compañeros bromean sobre su procedencia. No hay nada como un gran triunfo para enterrar las polémicas.