30 años sin Drazen Petrovic, el genio que se hizo leyenda en el Madrid e inmortal en la NBA

Hace 30 años una noticia conmocionaba al mundo del deporte. Drazen Petrovic, uno de los mejores jugadores de baloncesto europeo de todos los tiempos, se dejaba la vida en un accidente de tráfico en la localidad alemana de Denkendorf.

Con solo 28 años Petrovic se convertía en leyenda y en uno de esos mitos que deja el deporte ante tal trágica noticia. Un suceso que vino precedido por las dudas de si regresar a su casa en avión o en coche. Eligió la carretera y allí murió en un 7 de junio el genio de Sibenik.

Ídolo total en la Yugoslavia comunista, Petrovic fue desde muy joven una figura idílica del deporte, un ídolo por la forma en la que lideraba en la cancha. A los 20 años ya era campeón de Europa con la Cibona de Zagreb, el club en el que destacó a mediados de los 80. En esa final derrotó con una actuación legendaria al Real Madrid. Un año después repetiría título continental.

Esa derrota del equipo blanco se grabó en las entrañas del conjunto español. Y hubo entonces un objetivo primordial: que Petrovic alguna vez llegara a Madrid. Y así fue en 1988 en uno de los fichajes más mediáticos del baloncesto. Petrovic jugó en el Real Madrid tan solo una temporada, tiempo suficiente para que dejara huella. Inolvidable fue la final de la Recopa de Europa: 62 puntos en lo que sigue siendo considerada una de las actuaciones más impresionantes del baloncesto europeo.

Su continente se le quedaba ya pequeño a Petrovic y de ahí que diera el salto a la NBA. Firmó por cuatro años en el Real Madrid y solo estuvo uno. Dejó en las arcas blancas 144 millones de pesetas (unos 1,2 millones de dólares) después de un acuerdo tras un traumático proceso judicial con demandas de ida y vuelta.

Leyenda de la NBA

El croata se convirtió en Estados Unidos en una figura mediática sin discusión, fue el europeo mejor pagado en la NBA, concretamente en los Portland Trail Blazers. No es que allí le fuera muy bien y donde empezó a brillar Petrovic fue en los New Jersey Net en un contexto muy diferente al actual: el baloncesto estadounidense tenía muy pocos europeos en sus filas y hacerse un hueco era prácticamente una hazaña. Tras su muerte, este equipo retiró para siempre su camiseta con el número 3.

Drazen Petrovic es considerado uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto, ganó dos medallas olímpicas con Yugoslavia (bronce en 1984, plata en 1988) y otra más ya con Croacia, una vez que su país se independizó (plata en 1992). Además consiguió un oro y un bronce mundial, mismas medallas de Eurobasket.

Incluido entre las 50 personas que más contribuyeron a la Euroliga, desde 2002 figura en el Salón de la Fama del Baloncesto de Estados Unidos. Pero sobre todo el nombre y el legado de Petrovic queda como un hombre que lideró al baloncesto europeo, uno de los grandes genios de este deporte cuya trágica muerte aumentó la leyenda de un deportista muy recordado 30 años después de su fallecimiento.