Real Madrid 89-83 Barcelona
El Real Madrid se crece ante el Barça y se mete en la final de la Supercopa de España
El conjunto blanco supo sufrir hasta el final frente a los azulgrana y lucharán por su undécimo título este domingo
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El Real Madrid está en la final de la Supercopa de España. Costó mucho, pero finalmente llegó. Y lo hizo después de tener que sufrir hasta el final frente a un muy buen Barcelona que tuvo opciones de ganar, pero que no estuvo fino cuando tendría que haberlo estado. Los de Chus Mateo lucharán este domingo por su undécimo título de supercampeón de España (89-83)
Un clásico entre el Real Madrid y el Barcelona siempre se vive al máximo y si en juego está un billete para la final de la Supercopa de España la tensión es aún mayor. En ese sentido, el Palacio de los Deportes de Murcia fue testigo de un partido de altos vuelos, en el que tanto madridistas como azulgranas iban a ir a por todas.
Para afrontar la semifinal, tanto Joan Peñarroya como Chus Mateo sacaron el mejor quinteto posible y en los primeros minutos se vio una propuesta más agresiva del conjunto azulgrana, pero al mismo tiempo un plan de juego inteligente para tratar de abrir hueco en el marcador desde el principio. Y la idea de Peñarroya se cumplió. El Madrid salió algo más despistado y no supieron descifrar los movimientos imprevisibles de los estadounidenses Kevin Punter y Jabari Parker.
Esa idea sólo duró cinco minutos. Porque el Madrid despertó. Dzanan Musa y compañía empezaron a tirar del carro, del dominio azulgrana se pasó a un duelo mucho más igualado y las muñecas de los jugadores madridistas entraron en calor. Esa buena puntería desde la línea de tres le sirvió al Madrid para acabar el primer cuarto con ventaja en el marcador (20-18).
Estaba siendo un partido de ida y vuelta. El Madrid atacaba y el Barcelona respondía. Pero el marcador era favorable para el conjunto blanco. Los de Chus Mateo siguieron enchufados y esa confianza les sirvió para seguir distanciándose. A falta de poco más de cuatro minutos para el descanso el Real Madrid ganaba 32-26. Sin embargo, esa renta empezó a descender porque en el Barça aparecieron los Satoransky, Hernangómez y compañía. De la ventaja madridista se pasó al 41-42 a favor del conjunto catalán.
Mejoría blanca
El Madrid era consciente de que para pasar a la final de la Supercopa de España había que mejorar y tratar de frenar el buen juego interior del Barcelona. No le quedaba otra. Todo pasaba por no dejar libre de marca a jugadores como Parker o Punter y evitar los buenos pases de Juan Núñez o Tomas Satoransky desde la posición de base.
Y el equipo de Chus Mateo se puso manos a la obra. Mario Hezonja empezó a activarse. Eso fue una gran noticia para el conjunto blanco. Cuando el alero croata entra en juego el Madrid tiene mucho ganado. Y el propio jugador tiró del equipo para remontar el marcador.
El Madrid parecía otro. Y eso se notó cuando acabó el tercer cuarto con un 67-61 a favor. Solo quedaban diez minutos por delante. Había que sufrir y de eso el Madrid sabe mucho. El Barça no se lo iba a poner nada fácil al cuadro madridista. Por algo es uno de los mejores equipos de España y, por ende, de la Liga Endesa.
Y no se lo puso sencillo. Esa renta de ocho puntos de diferencia le duró poco al Madrid y el Barça la recortó para conseguir que los minutos finales fuesen cardíacos. Al final, el baloncesto es así. De un momento a otro puedes pasar de ir ganando a encontrarte con un resultado adverso.
Para tratar de frenar el buen momento culé, el Madrid se encomendó a Serge Ibaka. El exjugador de los Milwaukee Bucks se hizo gigante y taponeó a los barcelonistas hasta en cuatro ocasiones. Para eso vino el bueno de Serge. Para salvar al Madrid en los momentos decisivos. Y su presencia en pista le dio alas a los de Chus Mateo, que llegaron a la recta final del encuentro con ventaja en el marcador. Y el conjunto blanco se lo acabó llevando por 89-83.