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Fernando Alonso celebra la victoria conseguida en Singapur en 2010

Fernando Alonso celebra la victoria conseguida en Singapur en 2010GTRES

Las dos victorias de Fernando Alonso en Singapur: entre la polémica y la humillación a Vettel

El GP de Singapur llegó al calendario de la Fórmula 1 en 2008. Los pilotos se enfrentaron por primera vez a este trazado urbano con el factor noche añadido. Desde entonces, el trazado de Marina Bay se ha convertido en un clásico del gran circo que este año estrena remodelación. Las peculiaridades de la pista reducen al mínimo el dominio de Red Bull y Fernando Alonso gana enteros a sabiendas de que ya ha ganado dos veces en este circuito.

El gran premio inaugural siempre será recordado en la F1. Además de por el estreno, la competición vivió uno de sus momentos más polémicos: el crashgate. Como quedó demostrado, el equipo Renault pidió a Nelson Piquet Jr. que tuviese un accidente para provocar un safety car que permitiese la victoria del asturiano.

El piloto brasileño acabó por confesar que los responsables de la escudería francesa, Flavio Briatore y Pat Symonds, organizaron con él esa colisión forzada. La investigación provocó la expulsión de ambos mandatarios de la Fórmula 1, pero ni Renault, ni Piquet, ni Alonso (que no tuvo conocimiento de los hechos) fueron sancionados. Además, el resultado de la carrera no se alteró y desde entonces Felipe Massa lleva luchando por un Mundial que, dice, perdió aquel día.

Vettel sufre en un Mundial dramático

El campeonato de 2010 tuvo uno de los finales más tensos que se recuerdan. Hasta cuatro pilotos se disputaron en Brasil el título y finalmente fue el alemán de Red Bull quien se llevó al gato al agua. Sin embargo, a falta de cinco carreras para el final, era Fernando Alonso el que mostraba una fortaleza que hacían soñar con el tercer mundial.

El español volvió a Singapur con un Ferrari que estaba por detrás de Red Bull y Mercedes en cuanto a rendimiento. Si la victoria en Italia daba esperanzas a todos los tifosi, lo ocurrido en Marina Bay elevó las expectativas al máximo.

En un trazado urbano y nocturno, Alonso consiguió el único grand chelem de su carrera: consiguió la pole, ganó la carrera, marcó la vuelta rápida y lideró en todas las vueltas. Más allá de lo estadístico, conseguir aquella gesta en Singapur 2010 tuvo un mérito mayor pues tuvo que aguantar los 61 giros de la prueba con el potente Red Bull de Sebastian Vettel a pocas décimas de distancia.

Al finalizar la carrera, y en plena disputa por el Mundial, el asturiano realizó unas declaraciones en las que quitaba importancia a la presión del alemán. Fiel a su estilo, Alonso controló en todo momento la situación y entendió a la perfección las consecuencias mecánicas para el monoplaza rival en caso de insistir en la persecución.

El recuerdo más reciente del español en Singapur no es nada bueno. El año pasado, y con su fichaje por Aston Martin ya anunciado, el Alpine volvió a dar muestras de su irregularidad y su motor falló. En ese momento Alonso rodaba sexto por delante de Max Verstappen y demostraba que en Marina Bay adelantar es más que complicado. Esa imagen, aunque con final infeliz, evidencia que la noche asiática puede dar muchas sorpresas.

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