Alonso y Sainz sueñan con el podio en un GP de Australia donde Red Bull podría ver reducida su superioridad

La tercera carrera del campeonato del mundo de Fórmula 1 se disputa este fin de semana en Australia. El circuito de Albert Park acoge una prueba que ya es fija en el calendario desde mediados de los 90 y que en los últimos años ha perdido su condición de servir de arranque para el campeonato. Lo que no varía es la diferencia horaria, que obligará a los aficionados a madrugar para no perderse el Gran Premio.

Un Gran Premio en el que el intratable Max Verstappen podría mostrarse humano, vencible, de acuerdo con las previsiones. Sigue siendo el favorito número 1 para sumar la tercera victoria del curso, pero otros pilotos podrían entrar en la pelea. Las cuatro zonas de DRS del circuito, la gama más blanda de Pirelli y las carga media en los coches abren un poco a la puerta a que se den sorpresas en tierras oceánicas. Allí estarán Fernando Alonso y Carlos Sainz, al acecho, esperando su oportunidad.

Con un trazado semiurbano, Australia presenta una serie de peculiaridades que lo alejan de las características de circuitos como los de Baréin y Arabia Saudí, anfitriones de las dos primeras carreras del año, y que favorecieron el dominio de Red Bull. La velocidad y la dificultad para adelantar son las grandes características del trazado australiano.

El año pasado se introdujo en el circuito una cuarta zona de DRS para ayudar a los adelantamientos, una medida que, si bien no logró fructificar en carrera, sí lo hizo en la clasificación. A eso se agarran el resto de escuderías, a lograr una buena clasificación y luego defender su posición en carrera.

Por si fuese poco, otro motivo de optimismo para Fernando Alonso es que Aston Martin es el coche que mejor rendimiento inmediato saca este año a los neumáticos en relación a su ritmo, algo que será esencial en el asfalto de Australia y que les permitirá un mejor rendimiento en carrera. Según algunas predicciones, este hecho podría hacer que Aston Martin pasase de ser el quinto mejor coche, lo que ha sido en las dos primeras carreras, al tercero. Solo por detrás de Red Bull y Ferrari.

Por parte de la escudería italiana, Sainz espera regresar al 100 % después de la operación de apendicitis que le dejó fuera del Gran Premio de Arabia Saudí. Llegan con las expectativas altas tras un arranque de temporada que, si bien les sigue dejando lejos de Red Bull, están mostrando una mejoría respecto a la pasada temporada. Australia es un circuito que se les suele dar bien: Leclerc ganó en 2022 y Sainz finalizó cuarto el año pasado, aunque una sanción posterior le arrastró hasta la duodécima posición.

Por parte de Red Bull, la guerra interna en el seno del equipo continúa, dejando en el aire el futuro de Max Verstappen. Mientras tanto, el neerlandés busca incentivos en otra temporada donde parece no encontrar rival. En Australia buscará su tercera victoria en tres carreras este año y la que sería la décima consecutiva, si sumamos los resultados de la pasada campaña.