Una España gris, pero mundialista

Perder no entraba en el diccionario hoy. La Cartuja se llenó y se desgañitó para llevar a España en volandas. Más de 50.000 gargantas se convirtieron en el jugador número doce. El escenario invitaba a que España sellara su pasaporte a Qatar: jugar en Sevilla, donde la selección tiene una relación especial, el rival no era el mejor del mundo y solo hacía falta un punto. Luis Enrique apostó por seis cambios con respecto al partido de Grecia. Repetían Unai Simón, Laporte, Gavi –que suma cuatro titularidades seguidas–, Sarabia y Raúl de Tomás, que ha pasado de no ir convocado a ser indiscutible.

El partido empezó como ante Grecia, con España dominando el balón y el rival esperando su momento. Suecia intentaba cocinar el partido a fuego lento. Sarabia avisó a los ocho minutos de que España no quería el empate y, a punto, estuvo de colarse su medido disparo en la portería sueca. Raúl de Tomás no se cansaba de tirar desmarques, pero estaba solo entre mucho defensor amarillo.

España dominaba la posesión con un 80 por ciento, sin embargo, Forsberg metió el miedo en el cuerpo en el minuto quince de encuentro, cuando un disparo suyo rozó el palo de Unai Simón. Gavi se disfrazó de perro de presa y se multiplicaba en las dos áreas para recuperar, organizar y crear. El combinado nacional tenía la posesión pero no el control, en un encuentro que por momentos parecía convertirse en el monólogo de bostezos del encuentro ante Grecia. Suecia se sentía cómoda ante el dominio de España. Los de Luis Enrique se sabían superiores pero no se esforzaban por arriesgar. Quien sí lo hizo fue Suecia que, a punto estuvo de nuevo, de dar un susto a los de Luis Enrique, a cinco minutos del descanso. Forsberg, una vez más, cruzó en exceso un disparo servido desde la izquierda que salió rozando el palo.

España se iba al descanso teniendo el balón y Suecia las ocasiones. El plan del partido les estaba saliendo a la perfección.

Comenzó la segunda parte España jugando con fuego. Isak no aprovechó el error de Azpilicueta y mandó su disparo por encima de la portería de Simón. RDT, minutos después, no alcanzó a rematar bien un córner desde la izquierda. El fallo del delantero del Espanyol despertó a España, que volvió a adueñarse del balón. Pasaban los minutos y el nerviosismo se empezaba a apoderar de los asistentes. Fue el momento donde Luis Enrique dio entrada a Rodrigo y Morata,  que entraron por RdT y Sarabia.

Morata señala el camino a Qatar

La entrada de ambos cambió la cara a España, que se convirtió en un equipo más vertical y con mayor facilidad para acercarse a la portería sueca. Morata y Soler tuvieron dos grandes ocasiones en el 60 y en el 65. Por si fuera poco, Suecia le concedió una vida extra a los de Luis Enrique cuando sustituyó a Forsberg, que había sido uno de los mejores del partido, a falta de media hora para el final del encuentro. No contento con eso, diez minutos más tarde, hizo lo propio con Isak. Era el momento de Ibrahimović, que entró cuando quedaban 15 minutos.

España llegaba al minuto 80 como en todo este periodo, en el alambre, lo que dio alas a Suecia, que no dejó de intentarlo hasta el final. La gasolina sueca duró lo que tardó Morata en marcar el único gol del encuentro a cinco minutos del final . Gavi creó, Dani Olmo disparó al palo y Morata remató a gol.

Costó, pero España estará en Qatar 2022. Cumplió el guion y no falló a la estadística: suma 47 años sin errar en el último día. La selección sumará en Doha su Mundial número doce, al que llegará como séptima en el ranking, por lo que será una de las cabezas de serie. En el viaje a Qatar la Selección debe incluir en el equipaje deberes como el cerrar antes los partidos o el de la falta de gol. Tiene un año de margen para enmendarlo.