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Jordi Alba agarra del cuello a Vinicius

Jordi Alba agarra del cuello a ViniciusGTRES

Diez acciones de Jordi Alba para el (mal) recuerdo

El lateral azulgrana cumple años, por lo que es un buen momento para recordar algunos de sus hitos más allá del significado del deporte

Quizá el día que Jordi Alba le dio una patada al césped a más de un metro de cualquier defensor y pidió falta desde el suelo con los brazos en alto (una falta que fue extrañamente señalada por el árbitro), el mundo entero, España como mínimo, se dio cuenta de quién era el jugador culé.

Alba cumple 33 años, una edad casi provecta para un futbolista que no sea Cristiano, Modric, Benzema o Valerón y es buen momento para recordar grandes éxitos de Ayer, hoy y (casi) mañana (perfectamente podría salir como secundario en aquella película de Vittorio de Sica con Sofía Loren y Marcelo Mastroianni) en los que el lateral azulgrana ha sido triste y también alegremente protagonista.

«¡Tírate, tírate!»

Quién no recuerda al de Hospitalet gritándole a su excompañero Trincao: «¡Pero tírate, tírate!», delante del árbitro y de las cámaras y de sus rivales y de sus compañeros, ante lo que el mismísimo Piqué bajó la mirada, como avergonzado por el descaro, y el inocente Trincao hacía gestos como de no comprender.

En 2020, un año antes, el excelente lateral barcelonista, durante un partido con la Real Sociedad, le dio un balonazo a bocajarro en la cara al realista Januzaj, cuando este caía al suelo, a escasos centímetros de su cabeza, con la única intención posible de hacerle daño. Una acción que no fue amonestada, ni siquiera debidamente reflejada en los medios.

En vez de lanzarle una pelota, pareció que Koundé le hubiese golpeado con una maza del medievo

En 2021, un sensible Jordi cayó desplomado ante un balón que le lanzó Koundé (quien fue expulsado) a la cara, pero en vez de haberle lanzado (sin demasiada fuerza) un balón a la cara, parecía que le hubiesen golpeado con una maza del medievo. La interpretación dramática, el histrionismo, más bien, es una de las especialidades del extraordinario futbolista español.

Un talento que, lamentablemente, no pudo mostrar en la estupenda actuación coral del conjunto azulgrana en el famoso botellazo en Mestalla, donde una sola botella de plástico derribó a cinco barcelonistas. Seguramente Alba lamentará siempre no haber estado presente en semejante hito, no como cuando le dijo a Kovacic, entonces jugador del Real Madrid: «Aprende a hablar español, gilipollas», un jugador, el croata, que podía haberle respondido en cualquiera de los cinco idiomas que domina.

Empujón a Chendo

A propósito de los idiomas, qué tendría que decirle a Mbappé para que el francés, un futbolista aparentemente noble, le espetara en su perfecto español: «En la calle yo te mato». Mbappé no mató ni matará a Alba, en todo caso lo superará, pero Alba sí empujó a Vinicius en el área con las dos manos durante un Clásico. Una acción que ni el árbitro ni el VAR pudieron ver.

El mismo Vinicius ha sabido bien este año del codo del nacido a orillas del Llobregat, y también de su mano en el cuello. Otro que supo de su mano fue Chendo en el Clásico de 2019 en el Bernabéu, camino de los vestuarios en el descanso, un Alba caprichoso le dio un empujón ante la atónita mirada del exlateral y actual (y entonces) delegado de campo del Real Madrid.

Jordi intentó hacer creer que había ganado el sorteo

Un Alba, capitán de 'la Roja' de Luis Enrique, que encontró la horma de su zapato en el viejo zorro Chiellini durante la última Eurocopa en el momento del sorteo de los penaltis entre España e Italia. Jordi intentó hacer creer que había ganado el sorteo, cuando el sorteo, la cara y la cruz de ese primer sorteo, que decide en qué lado se disputa la tanda, no lo eligen los jugadores.

Giorgio se rio sin dientes y le dijo: «¡mentiroso, mentiroso!». Pero el capitán italiano no se enfadó. Solamente se rio. El árbitro también reía. Fue cuando Jordi percibió un incómodo ambiente de chufla a su alrededor. Justo antes de que Chiellini le lanzara un puñetacito de broma y le rodease el cuello con el brazo para terminar el retrato.

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