Rubiales recibirá 3.000 euros al mes de ayuda para vivienda con un nuevo sueldo fijo de 675.000

Sin periodistas presentes, vía streaming, tuvo lugar el pasado lunes la Asamblea de la RFEF, sin explicación alguna sobre las filtraciones y audios de supuesto espionaje a miembros del Gobierno por parte del presidente Luis Rubiales, ni tampoco de otras acusaciones, quien se limitó a entregar el trofeo de campeón de Segunda División al presidente del Almería y a sonreír tras la aprobación por unanimidad (83 votos a favor y solo uno en contra, casi como en Cuba) de su nuevo sueldo al frente del organismo: 675.000 euros anuales, más 3.000 al mes en concepto de «ayuda para vivienda».

«Hay gente que me compara con el Presidente del Gobierno, pero esto es una entidad privada del deporte. Sopesamos poner transparencias para comparar con otros CEOs, pero iban a ser muy reconocibles por todos. El presidente de la RFEF es de los que menos ganan tanto cuantitativa como profesionalmente. A veces comparamos peras con manzanas», espetó orgulloso a su regreso a la sala que abandonó durante la votación.

Rubiales presumió de gestión en una Asamblea a mayor gloria personal a pesar de los últimos y constantes escándalos sobre los que pasó de puntillas durante su intervención. No hubo preguntas en una exposición asombrosa por inmaculada, pese a la densa nube de sospechas e informaciones sin esclarecer.

Las reacciones al nuevo sueldo del presidente de la RFEF no se han hecho esperar, más incluso que por el cuantioso sueldo de 675.000 euros anuales, por el curioso complemento de ayuda a la vivienda de 3.000 euros adicionales al mes, que ha provocado las burlas y la indignación en redes sociales.

Un ejemplo llamativo es el salario de su homónimo en la Federación italiana, Gabriele Gravina, cuyos emolumentos son casi una tercera parte de los de Rubiales: 240.000, y ni siquiera alcanza la cifra del español siendo, además, ejecutivo de la UEFA, de quien percibe 150.000 para un total, entre los dos cargos, de 390.000.

Un Mundo Feliz el de la Federación de 'Rubi', un tipo normal, de Motril, que no fuma ni bebe, pero que no puede garantizar que el día de mañana no le vayan a meter un saco de cocaína en el maletero. No será, desde luego, ninguno de los miembros de la Asamblea que ha aprobado su nueva retribución (todos menos uno), de los que se despidió, como del tendido entregado, con rebolera final: «Ante la mentira y la manipulación vamos a seguir con el rigor por bandera». Olé.