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Benzema, en primer plano, levanta la Supercopa de Europa, su primer título como primer capitán del club

Benzema, en primer plano, levanta la Supercopa de Europa, su primer título como primer capitán del clubAFP

Real Madrid 2-0 Eintracht

El Real Madrid conquista la Supercopa de Europa con la excelencia intacta

Alaba tras una brillante porfía de Benzema, ya el segundo máximo goleador de la historia blanca, y el francés en jugada clásica a pase de Vinicius dieron el primer título de la temporada a los de Ancelotti

Se fue el Madrid con calorcito y volvió con calorazo, no allí en Helsinki, ¡qué frescos!, y con Ancelotti fiel a sus principios y a sus hombres, como si en vez de hombres fueran la vista desde su villa romana que no cambiaría, y menos a estas alturas, por la mejor mansión domótica. Ahora que hablamos de Roma, Vinicius robando en los medios parecía uno de esos mensajeros metidos bajo la mesa del despacho del gerente de carromatos que llevaban sus mensajes en La Vuelta a la Galia de Astérix.

Lo que era esto era la vuelta del Madrid y de, por ejemplo, Fede Valverde teñido como ¡Coentrao! incordiándole hasta en la oreja al entrenador de Eintracht, ese viejo gran rival europeo de los blancos y actual verdugo europeo de los azulgranas, por ejemplo, que había puesto las toallas extendidas en los medios para que no se plantara allí la familia de Kroos y de Modric a tocar, en vez de las narices, la pelota. El que tocó un poco después en esa banda que de momento ocupa fue Mendy, en uno de esos regates vertiginosos para sacar la pelota que cuando terminan es como si hubiera llegado al mar.

Modric tomando el sol

Esa ocupación central permitió a los frankfurtistas llegar de forma clara ante Courtois que se puso en horizontal ante Kamada como convirtiéndose en uno de esos muros del Grand National por los que se despeñan los jinetes. El caso es que Modric ya se había puesto crema para ponerse a tomar el sol mientras Vinicius y Benzema chapoteaban en el área de Trapp. Con la media hora ya cumplida hubo un pimpampum por el centro del Madrid que supo a gloria de lo que aligeró la pesadez del encuentro. Soltaba lastre el Madrid con esa capacidad intrínseca de cambiar el rumbo que le hizo campeón universal la temporada pasada.

Vinicius felicita a Alaba por su gol

Vinicius felicita a Alaba por su golEFE

Vinicius se fue con el apoyo de Karim por la derecha y solo Trapp salvó al Eintracht del golpe que llegó un instante después tras la porfía en el salto de Benzema que cazó también con la testa Casemiro, pegado al palo, como si estuviera esperando a alguien bajo una farola, como en el cuento de Joyce, para dejársela limpia a Alaba, que también pasaba por allí como un dublinés más que marcó el primero de la Supercopa. A punto estuvo Benzema de dar el segundo al campeón de Europa con la sensación de poderío del simple acelerón motociclista que obró inolvidables milagros hace unos meses por esos campos del viejo continente.

La vida tal y como se conocía continuaba, primero con el anuncio de la salida del desatascador Rodrygo, y luego con la internada de Vini y el pase claro como un arroyo a Benzema

Todo parecía estar igual en la villa romana de Carletto. Militao se anteponía a los atacantes simplemente superándoles, pasándoles, poniéndose delante de ellos como justo antes de susurrarles al oído palabras en una lengua ignota y paralizante. Ya se habían apoderado del centro, así que los de Alemania se asomaban un poco más por los lados en el reinicio. (Von) Trapp impedía por el momento la goleada de su equipo. Él era las sonrisas y el resto las lágrimas. Anunciaron a Mario Götze y una brisa de veranos pasados acarició a este cronista. Ya estaba el Madrid burbujeando con Modric enchavalado y con Benzema arreglándose el tutú.

Casemiro la mandó al larguero como pequeño colofón con sonrisa, aunque el uno a cero tampoco era para partirse, y menos cuando tuvo que estirarse una vez más el inspector Gadget Courtois. La vida tal y como se conocía continuaba, primero con el anuncio de la salida del desatascador Rodrygo, y luego con la internada de Vini y el pase claro como un arroyo a Benzema, que remató y marcó para convertirse en el segundo máximo goleador de la historia del Real Madrid, superando a Raúl y solo por detrás de Cristiano. Rodrygo entró como Ali bailándole a Foreman mientras por el otro lado Vinicius sostenía sobre el escudo a Benzema.

Carletto, el afortunado

Ya se había ido Modric y se iba a ir Valverde a falta de un cuarto de hora por Camavinga. Y los minutos estaban para Carletto el afortunado, como el capitán Jack Aubrey, para poner a los nuevos, a Rüdiger, a Tchouaméni, o al clásico Ceballos, para reservar, un poco, a los viejos. A los viejos hombres de Ancelotti, la vista de su villa, esa habitación con vistas de E.M. Forster que es este Madrid asombroso y campeón, como si no existiera más en este sortilegio blanco que el pasmo y la victoria.

Ficha técnica:

Real Madrid 2: Courtois; Carvajal (Rüdiger, m. 85), Militao, Alaba, Mendy; Modric (Rodrygo, m. 67), Casemiro, Kroos (Tchouaméni, m. 85); Valverde (Camavinga, m. 75), Vinicius (Ceballos, m. 85), Benzema.

Eintracht 0: Trapp; Touré (Alario, m. 70), Melo, Ndicka; Knauff, Rode (Götze, m. 57), Sow, Lenz; Lindstrom (Kolo Muani, m. 57), Kamada; Maury.

Goles: 1-0 (Alaba, m. 37). 2-0 (Benzema, m. 65).
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