Fede Valverde, el triunfo de la autoexigencia
El uruguayo se martiriza en sacar lo máximo de sí mismo. Es un trabajador nato. Ha conseguido la titularidad indiscutible con una mejoría técnica que explota un físico privilegiado y pulido al máximo
Llegó al primer día de la pretemporada y dejó a todos a rebufo. Si su preparación física es siempre especial, el estado de forma que exhibió al empezar a trabajar con la plantilla en Estados Unidos era envidiable. Realizó el método Pintus con una facilidad pasmosa. Así los quiere el gurú italiano, listos para dar otra vuelta de tuerca a su condición física.
Valverde es un seguro de vida para Pintus y para Ancelotti. Saben que siempre estará en un nivel biológico superior y que siempre rendirá, porque lo da todo en el césped. Los italianos han transformado al uruguayo en un bólido con motor de resistencia al que han inyectado una progresión técnica que ha otorgado más confianza al jugador. Se siente capacitado para todo. Cree en sí mismo. En Vigo vimos como no se frenó ante Benzema y le quitó el disparo porque estaba mejor colocado, como demostró con su gran gol, el 1-4. Hoy es indiscutible en la cabeza de su entrenador. Ejerce de centrocampista ofensivo, de medio defensivo y de extremo. Insustituible.
Ofertas de 90 millones
Federico se ganó el puesto como titular la temporada pasada, tras soportar la primacía de Asensio y de Rodrygo durante unos meses. El pajarito, como le llamaban, se hizo un sitio en el once de Ancelotti y convirtió el esquema en un 4-4-2 real. Sus galopadas por la derecha, como vimos ante el Liverpool, el City y el Chelsea, le hicieron un extremo inesperado que sorprendió al mundo. No sorprendió al Real Madrid. El uruguayo es capaz de hacer cosas imposibles, impensables. Hoy le llaman halcón, nada de pajarito, por su agresividad en ataque.
Su rendimiento ha provocado que varios clubes ingleses hayan ofrecido 90 millones por su fichaje, a sabiendas de la imposibilidad del traspaso. Ya en la era de Zidane pusieron 75 sobre la mesa. El Real Madrid lo ha declarado intransferible. La dirección deportiva sabe que dadas sus prestaciones físicas tiene un centrocampista para una década.
Revolución planificada
Valverde ascendió al primer equipo hace cuatro años, de la mano de Zidane. Con el francés adquirió la titularidad y fue decisivo en muchos encuentros. Elegido hace dos años el mejor futbolista de la Supercopa española ganada en Arabia Saudí por el Real Madrid, nadie entendió la pérdida de ese rango en la última campaña del marsellés.
Ancelotti vino al Real Madrid para hacer la revolución con Vinicius, Valverde, Rodrygo y Camavinga, tal como le pidió el club. Federico y Vinicius ya son titulares y los otros dos jóvenes también son protagonistas en casi todos los partidos.
Humilde y muy autocrítico
Federico es muy exigente consigo mismo. Nunca se quejó por perder la titularidad o por no jugar cuando lo merecía. Es humilde y sobre todo demasiado autocrítico. Se flagela mentalmente por cosas livianas. Si Bale e Isco hubieran sido la mitad de duros consigo mismos hoy continuarían en el Real Madrid. Valverde es titular por ese sacrificio rudo que se impone en el cerebro. El resultado de su entrega incansable y de su eficacia es que ya suma 151 partidos en cuatro años. Florentino Pérez conmemoró sus primeros 150 encuentros con una foto a su lado.
Hoy es uno de los hombres fuertes de Carlo Ancelotti. Un fijo en el once del italiano. Es fundamental porque es un jugador del fútbol moderno que se impone en el mundo actual, donde la polivalencia es ley. Juega al ataque cuando ejerce de tercer punta falso y pasa a ser mediocampista puro cuando Rodrygo, Asensio o Hazard entran como tercer delantero. Lo hace todo bien en defensa y en ataque.
Su evolución en el capítulo ofensivo es notable. Ancelotti ha adelantado su posición. Apoyado en su potencia, ahora presiona mucho más desde arriba, roba balones cerca del área rival y puede disparar más a puerta, un arma que utiliza en cuanto puede. Don Federico tiene una década prodigiosa por delante. Es un nuevo líder del Real Madrid.