Queremos un Argentina-Real Madrid

Esto no puede quedar así. Tenemos dos campeones, dos campeones del mundo. Argentina y el Madrid. Debemos enfrentarlos. Me encantaría a doble partido, como aquella vieja Copa Intercontinental. Me conformo con uno. Madrid ya acogió una Libertadores, aquel Boca-River. El campo del Atleti estaría bien. El saque de honor para el Cholo Simeone. Pero bueno, el Monumental, la Bombonera, el estadio Marcelo Bielsa de Rosario, y que por fin juegue allí Messi, tampoco estaría mal. ¡Qué fiestón!

El Madrid, campeón del mundo. Más títulos que nadie en Europa y en el universo como dice Nacho. La guinda a la catorce, camino de la quince. A Inter, PSG, Chelsea, City y Liverpool siguieron los Al, campeones en otras latitudes.

Y fue mucho más que un partido. Fue un homenaje al equipo que ha escrito la segunda página gloriosa en la historia del club. El de las cinco Champions y varias cosillas más. Carletto puso a Carvajal, Kroos, Modric y a Benzema que viajó para eso. Los cuatro que quedan huidos Keylor, Ramos, Varane, Marcelo, Casemiro, Cristiano y Bale. La gloria, ya digo.

Y tuvo eso, mucho partido de homenaje. Ocho goles; pudieron ser diez. Al que defendía lo expulsaban. Un pim-pam-pum inesperado y más cuando en un suspiro la cosa se puso 2-0. Desde entonces empataron a tres, o sea, tranquilos: en Anfield el Madrid se fajará. O llevaremos luto por él. No habrá homenajes. Es su torneo. Lo sabe. Europa, también.

Cosas buenas del Madrid: le vi mejor de piernas, jugó bien hasta que el 2-0 lo atorrijó. Valverde ha vuelto. También Benzema. No hubo lesionados y Vinicius volvió a demostrar que es el mejor, el futbolista más desequilibrante del mundo. Provocó tres veces, tres. Dos goles y una asistencia. Un fenómeno.

Ah. Segundo partido de fútbol normal del Madrid. Casualmente fuera de España.