Xavi entierra el gran mito del barcelonismo: sin posesión, todos atrás y con el autobús puesto
El Barça es ya un equipo defensivo: hizo en el Bernabéu un planteamiento ultradefensivo, aquello que denigraba su actual entrenador
España indulta a Gavi la dureza que no le permiten en Europa
Como si del Mallorca se tratara, el Barcelona de Xavi Hernández jugó en el Bernabéu encerrado atrás, 60 minutos plantado en su área y con un planteamiento ultradefensivo. Le salió bien, ganó el clásico de Copa y se llevó ventaja para el Camp Nou, pero la imagen fue desastrosa para sus intereses.
Este calificativo, y alguno más duro, era el que utilizaba el propio Xavi Hernández cuando otros jugaban a lo que ahora juega el Barcelona. Cuando un equipo se encerraba atrás y se limitaba a defender al entrenador culé le hervía la sangre y utilizaba todo tipo de improperios futbolísticos: decía que era tristísimo jugar así, lo denominaba antifútbol y señalaba que le daba reparo ganar así.
Pues ahora vence de esta forma. Y es totalmente respetable, tanto que da victorias como la que consiguió en el Santiago Bernabéu. Un Barcelona encerrado atrás, con tan solo un 36% de posesión, ganó porque se encontró un gol de rebote y porque es un gran bloque defensivo. El Barça de Xavi es un equipo que se basa en la solidez atrás y en defender muy bien. Y eso es una buena forma de jugar, un método totalmente lícito que sin embargo en Barcelona ningunearon durante muchos años.
Ahora a poner el autobús y jugar en tu área se le llama desde los sectores culés «bloque defensivo». Antes era «antifútbol» y «forma vergonzosa de ganar». «Yo no disfruto viendo a gente que se encierra atrás», repitió Xavi hace unos años. Entendemos pues que él no disfrutó de la importante victoria que logró su equipo este jueves en el Bernabéu.
Juegan a lo que denigraron
El Barça fue a Madrid a defender y además a lanzar el mensaje de que se veía muy inferior al Real Madrid. El dato de posesión, ese que fue durante años la estadística más abrazada por el barcelonismo, lo demuestra. Las imágenes también: hubo al menos 60 minutos en los que los futbolistas culés se encerraron atrás. Les salió bien porque el equipo de Ancelotti no aportó nada más, no tuvo su día y no supo jugar –como le pasó ante el Mallorca en Liga– ante un equipo que se encierra tanto atrás.
El problema de Xavi (y del barcelonismo) no es jugar en el Bernabéu de esa forma tan defensiva a la que ni Simeone llegó a tanto. Está en todo su derecho, es perfectamente legal y además le da buenos resultados. Su problema es que esta forma de jugar la denigraban. Hay muchos ejemplos en la hemeroteca. Dijo el hoy entrenador del Barcelona que «no puede ser que un club grande juegue como el Real Madrid de José Mourinho» en referencia a ese fútbol en los que se podía ganar partidos con menos del 40 % de posesión, algo que ponía de los nervios a Xavi. En el Bernabéu, con el autobús puesto, marcó un 36 %.
Quizá esta clara incoherencia le lleva a estar tan irascible en los últimos tiempos. Xavi es el único entrenador que se pierde un partido de Liga por acumular cinco cartulinas amarillas. Hay jugadores que disputan todos los partidos que no llegan a esa cifra de tarjetas y en cambio el entrenador líder de LaLiga vive continuamente en la bronca y en el desprecio. Son muchos los partidos en los que está insultando a todo el que se le acerca y el último que lo sufrió fue Dani Carvajal en el clásico.
«No hemos traicionado ningún modelo de juego pero defender también forma parte del juego», dijo en la rueda de prensa después de la victoria al Real Madrid. Ahora defender de esa forma, tan atrás y encerrados, «forma parte del juego». Es así. Así era con Simeone, con Mourinho y ahora con Xavi. Todas las fórmulas son legales y si dan la victoria son exitosas. El primero que ya lo aprende es quien antes lo negaba.