Umtiti, el futbolista que ejemplifica el desastre de gestión del Barcelona
Del Barcelona que bordea la ruina y que tiene una delicada situación económica hay muchos momentos y situaciones que explican por qué llegó a esa situación. De entre todas ellas una la explica una figura que bien podía personificar todo ello: Samuel Umtiti.
El central francés, campeón del mundo en 2018, muestra cómo hubo un momento en el que cualquier futbolista podía aprovecharse de la debilidad de Bartomeu y su directiva. Umtiti sacó un suculento contrato que a la larga llevó al Barça al abismo: cobraba 20 millones al año siendo un futbolista sin apenas minutos.
Él llegó al Camp Nou en 2016 por 25 millones de euros. El precio en aquel momento se podía entender al tener buen cartel y ser uno de los centrales del futuro. Hoy, siete años después, ejemplifica la ruina no ya por el fiasco que ha supuesto sino por cómo se ha gestionado su caso.
El galo, que tiene ya 29 años, se vino abajo cuando forzó para estar en el Mundial 2018 y acabó rompiéndose la rodilla. Eso provocó que se perdiera el 77% de los partidos con el Barça y que una vez recuperado fuera un descarte total. Desde ese 2018 su papel fue pobre y ya con Xavi acabó siendo sacado del club por varias razones.
Agonía económica culé
Más allá de que deportivamente no contaba, Umtiti además muestra las penurias que ha ido pasando el Barça y la agonía económica que arrastra. Su alto sueldo provocaba un tapón enorme en el gran problema que tienen para inscribir jugadores: la masa salarial. Hasta 20 millones de euros cobraba al año.
Tal fue la desesperación que hace un año el Barça mandó cedido a Umtiti al Lecce italiano con una insólita fórmula. El jugador se iba a la Serie A a jugar pero el sueldo lo seguía pagando el club azulgrana, que solo cobraba en función de los partidos que jugara. Al final se llevó un pellizco ya que Umtiti jugó hasta 25 partidos.
El éxito del Barça ha sido liberarle ya. A pesar de que aún le quedaban tres años de contrato ambas partes han llegado a un acuerdo para rescindir ese contrato que provocaba un agujero económico. Pagar 20 millones de euros a un futbolista que ni juega era un problema enorme e impedía además inscribir a otros. Ahora esos 20 millones desaparecen, deja espacio libre y a su vez confirman el fracaso de la política deportiva y económica del club.
En el caso de Umtiti se mezcla el derroche que hizo el Barça durante años, la mala planificación, los enormes sueldos anuales que daba a cualquier futbolista y también la posición de debilidad que tenían a la hora de negociar. Y es que hasta un futbolista como Umtiti –que no era una gran estrella– fue capaz de sacar a la directiva de Bartomeu un espectacular contrato.
Con la soga al cuello en enero de 2022 –ya con Laporta– Umtiti también hizo una jugada maestra. Al ser el Barça incapaz de inscribir a Ferran Torres, el club le pidió encarecidamente una rebaja salarial para liberar masa salarial. El francés accedió e incluso quedó como un hombre comprometido con el club por este movimiento. Pero lo hizo a costa de ampliar su contrato tres años más, hasta 2026. Él ya sabía que su nivel era muy bajo y que Xavi no le quería, pero se aseguraba su futuro.
Sin embargo ahora en 2023 accede a la rescisión de su contrato (en condiciones muy ventajosas) y queda como agente libre. Umtiti se podrá ir allá donde quiera sin tener que dar explicaciones al Barça, que no cobrará nada por él a pesar de que era de su propiedad. Pero tal y como están, Laporta prefiere quitárselo de en medio, que no siga cobrando esos 20 millones de euros anuales y confirmar con este caso el desastre de gestiones que ha ido teniendo el club azulgrana.
Como nota curiosa, fue Umtiti el que llegó a decir que su etapa en Barcelona fue poco menos que un calvario. «Pasé cuatro años en Cataluña en prisión, no solo a nivel deportivo, sino en la vida cotidiana», dijo recientemente. Se refería a los insultos de la afición, que con el impulso de la directiva inició una campaña para que se fuera y liberara su ficha. Con esto era imposible continuar y hacer la pretemporada que arrancará en julio con el Barça.