Sin su portero, su central y su delantero: a Ancelotti le obligan a reinventarse

Courtois, el mejor portero del mundo, lesionado de gravedad. Militao, el líder de la defensa, con esa misma lesión en la que estarán toda la temporada fuera (y si juegan será ya a finales de abril o mayo). Benzema, el actual Balón de Oro y leyenda del club, jugando en Arabia Saudí. De repente este Madrid es otro.

Por la venta de Karim y por dos lesiones durísimas, el Real Madrid 2023/24 es ya muy diferente al de la temporada pasada. Es otro obligado por las circunstancias. Ancelotti no tiene a tres jugadores que eran clave en su esquema, tres futbolistas fundamentales que explican además el éxito de estos dos años con el italiano en el banquillo.

Con tranquilidad para afrontar una larga temporada, sin entrar en alarma porque eso perjudica más que ayuda, en el Madrid sí hay una sensación de que se abre una nueva etapa. Ya la marcha de Benzema provocaba una nueva época pero no al nivel que al final es por el drama de las lesiones. Con la rotura de ligamento cruzado de las rodillas de Courtois y Militao el Madrid pierde a prácticamente toda su columna vertebral. Toca reinventarse.

Cualquier análisis que se hiciera hace cinco días sobre el Real Madrid está ya caduco. Courtois será sustituido por Kepa y si bien el guardameta español está experimentado en la élite y es una buena opción para este año no es Thibaut, que es sencillamente el mejor del mundo. Sin Militao la defensa blanca sigue siendo de calidad, con Alaba, Rüdiger y Nacho como centrales, pero es menor que hace una semana ante la grave lesión de su mejor central. Y que decir de la marcha de Benzema, por ahora solo sustituido por Joselu, buen delantero, héroe de la selección española, pero lejos del nivel del francés.

Así, no le queda otra a Ancelotti que reinventarse. Es obligado. Carlo, un entrenador acostumbrado a la monotonía (que siempre le salió bien), tiene que cambiar, inventarse algo, asumir que el plan cambia. Lo de Benzema lo sabía, lo de Courtois y Militao no. No es su culpa, pero sí es su competencia saber adaptarse a estos inconvenientes.

El asunto aquí es que estos tres futbolistas eran 'suyos', es decir, apuestas de él que ya estaban antes de que él llegara en 2021, pero que a partir de ahí hizo mejores a los tres, a los que les dio un protagonismo máximo. Sacó lo mejor de ellos y los tres le respondieron de la mejor forma. Y además Ancelotti siempre los protegió a nivel interno y externo.

Es por tanto hora de que el técnico tenga que reinventarse, eso que tanto le ha costado a lo largo de su carrera. Eso sí, esta pretemporada (y también el primer partido de Liga en Bilbao) ya avanzaron que Ancelotti este año sí piensa cambiar. Así se ve en suplencias como la de Modric o Kroos, el año pasado imposible de verlos en el banquillo. Habrá rotaciones al tener este curso un centro del campo exquisito, la línea más completa de todas y en la que de verdad el Madrid sí ha mejorado (y mucho).

Cambiar... no queda otra

También Ancelotti se ha reinventado con ese rombo en el centro del campo –Camavinga, Tchouaméni, Fede Valverde y Bellingham– que supone un cambio táctico relevante. El dibujo en el campo es otro y Carletto da unas primeras perlas de esa reinvención que ahora es ya obligatorio ante las malas noticias de lesiones.

Portero, central y delantero tiene y tendrá Ancelotti, pero no son ya los que eran los mejores en esa posición y con los que Carlo venía trabajando con éxito. Pero esto es fútbol y él, que no pone excusas de perdedor, ya avanzó que hay que mirar adelante. Y punto. Es un nuevo reto para un entrenador que ha ganado todo, pero al que le falta –al menos en Madrid– ganar a contracorriente, es decir, cuando todo ha cambiado por causas ajenas.