¿Qué pasa ahora con Rubiales? Tres posibles escenarios y ninguno depende del Gobierno
Tras el naufragio del Ejecutivo en su plan por inhabilitarle de forma rápida, existen diferentes vías para que no vuelva al cargo de presidente de la RFEF
Cuando Luis Rubiales gritaba «no voy a dimitir» en su polémico discurso ante la Asamblea de la Federación ya sabía que antes o después le echarían de la RFEF. Pero no dimitió. Y eso es clave para entender el futuro sin pensar inmediatamente en el presente.
Si Rubiales no ejerce hoy como presidente de la RFEF es gracias a la inhabilitación de la FIFA, quien le apartó del cargo por un periodo prorrogable de 90 días. Esa es la medida que terminó con el de Motril. El máximo organismo del fútbol mundial se adelantó al Gobierno y le suspendió de forma fulminante después de que Jenni Hermoso asegurara sentirse «vulnerable» y «agredida» en el momento del beso.
El Gobierno de España, que tan serio se puso en los últimos tiempos cuando fue quien protegió durante años a Rubiales, actuó tarde y mal. Mandó al CSD una denuncia con el objetivo de que le inhabilitaran de forma instantánea por abuso de autoridad y como falta muy grave y lo que falló el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) fue que lo que hizo Rubiales fue «grave» y que tuvo dos infracciones «contra el decoro», nada más.
Eso, que ha cambiado por completo la hoja de ruta en este caso, ha dado aire a Rubiales. Refuerza su decisión de no dimitir, porque el proceso será más largo. Con la decisión del TAD su inhabilitación (si es que la hay, porque ahora se ha abierto un expediente) solo podría ser de máximo dos años. Y ni mucho menos el CSD (el Gobierno) puede hacer por su cuenta.
Tres posibles escenarios
Con todo ello, ¿qué pasa a partir de ahora? ¿Puede Rubiales volver a ser presidente de la Federación? Lo primero que hay que recordar es que ha sido suspendido por la FIFA al menos 90 días, por lo que hasta dentro de tres meses no puede ejercer en ese cargo. Y ahí entra el primer escenario.
Si la FIFA no amplía la suspensión –salvo sorpresa lo hará– y con los hechos que hay ahora (que pueden cambiar) Rubiales volverá a ser presidente de la Federación. No tiene ninguna medida judicial ni deportiva por ahora que le impida eso. Si ha habido relevo en la presidencia de la RFEF ha sido por la sanción de la FIFA. Si esta finaliza, todo regresaría al punto inicial.
Este supuesto –como todos– siempre hay que tenerlo en cuenta con otra cosa que se está a la espera, que es la decisión del TAD a la petición del Gobierno de que se suspenda a Rubiales al menos de forma cautelar. Ya que el Ejecutivo ha naufragado en su plan de inhabilitación, pidió al Tribunal que lo suspendiera de esa forma porque «está afectando a la imagen del deporte español y de España». Si eso pasa, cualquier otro supuesto queda anulado: al estar suspendido no podría ejercer en ningún cargo futbolístico.
Otra opción es una moción de censura que ya depende únicamente de los órganos federativos. Para ello se necesita al menos a un tercio de los asambleístas, que son 140. A día de hoy no se llega a ese tercio que debería impulsar un nombre para un cambio automático. La 'nueva' RFEF de Pedro Rocha ya avisó de que descartan cualquier moción de censura y que el cambio será en las elecciones, pendiente de fecha exacta pero que a buen seguro serán tras los Juegos Olímpicos de París (2024).
La tercera vía va por la parte judicial. La Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió «diligencias de investigación» por el beso de Rubiales e invitó a Jenni Hermoso a emprender acciones legales. Si se considera que hubo delito de agresión sexual Rubiales también quedaría inhabilitado, pero eso ya es un proceso más largo.
En resumen, para que Rubiales no sea presidente cuando se finalice la sanción de la FIFA se requiere que vuelva a ser la FIFA quien amplíe esa suspensión. Y de todos los supuestos que hay ya ninguno depende directamente del Gobierno.