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Patri Guijarro y Mapi León no son campeonas del mundo, porque ya renunciaron a la selección hace un año

Mapi León (dcha) no se conforma con el acuerdo que hubo entre la RFEF y las futbolistas con mediación del GobiernoEFE

Mapi León, la líder del grupo de las renuncias a España a la que ya solo le vale la venganza

Está considerada como una de las mejores defensas del mundo, aunque su ausencia en el Mundial le quitó esa condición. Es una figura clave en el fútbol femenino español, de las jugadoras más mediáticas y de las pocas futbolistas que antes del Mundial tenía sus fans. Con buen nivel deportivo, y con muchos títulos en su palmarés, si Mapi León se ha convertido en un icono para parte de la sociedad española no ha sido por ese grandísimo éxito futbolístico sino por ser líder de la revuelta a renunciar a España.

León, de nombre María Pilar (de ahí 'Mapi'), abandonó este miércoles la concentración de la selección española. Era la primera vez que era llamada al combinado nacional en un año exacto. Hace justo año –septiembre de 2022– lideró la primera revuelta, aquella en la que 15 jugadoras protagonizaron un chantaje del que la Federación salió bien: Rubiales no destituyó a Vilda como pedían estas futbolistas y el Mundial se ganó meses después.

En ese torneo no estuvo Mapi. De esas 15 tres acabaron regresando a la selección (Bonmatí, Batlle y Caldentey) y otras también mostraron su interés en volver, pero Vilda ni las convocó. Mapi no fue una de ellas y fue hasta el final con lo que ella llamaba «valores», que era defender por lo que llevaba peleando meses aunque eso le costara el Mundial.

¿Y qué es lo que defiende y esos «valores»? Como el resto, no lo dice claro. Todavía se sigue esperando que estas jugadoras que renuncian a España digan qué hechos y qué personas provocan que la Federación y la selección «no sea un lugar seguro» en el que suceden «actos denigrantes». Lo que sí sabemos de Mapi es que pedía que cambiaran «situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal» sin explicar cuáles son esas situaciones. Lo único que dejaba claro León era que querían «una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras». Todo ello tenía un significado en la práctica: que echaran a Jorge Vilda.

Mapi León (dcha.), preguntada por los medios cuando abandonó la concentración de la selección española

Mapi León (dcha.), preguntada por los medios cuando abandonó la concentración de la selecciónAFP

Al seleccionador se le echó ya un año después y con el honor de ser campeón del mundo. También dimitió Rubiales. Pero a Mapi no le vale. Ella siguió mostrando su voluntad y deseo de no ir a la selección. Sin embargo –y con toda sorpresa y en un movimiento que también tensionó el conflicto– la nueva seleccionadora Montse Tomé la convocó por primera vez en un año. Justo después de reafirmar que seguía sin querer ir.

La futbolista del Barça, club en el que lleva desde 2017, buscó cualquier atajo legal para no acudir a la concentración. Al ver que no había artículo en ningún reglamento que la amparara, se presentó en Valencia. Y fue ahí donde se produjo una larguísima reunión de seis horas con la mediación del Gobierno y en la que se sacó un muy buen acuerdo para las futbolistas. Se cumplían casi la práctica totalidad de sus exigencias.

El flotador del Gobierno

Sin embargo, a Mapi León no le servían. Pese a que todas las demás (excepto Patri Guijarro, que también se fue) se quedaron en la concentración y entendieron que ellas tenían que ceder también, Mapi pidió marcharse y así lo hizo. Eso sí, se aseguró de que su marcha no tuviera consecuencia legal ni ningún tipo de sanción pese a que la Ley del Deporte indica que lo que hace se castiga con una pérdida de la licencia federativa (con la que no podría jugar ni con el Barça) en un plazo de entre dos o 15 años. Pero la futbolista zaragozana tuvo al Gobierno de su parte: le aseguraron que no iban a sancionarla y ella, ya sabiéndolo, se fue a su casa con Guijarro.

¿Por qué ni con las exigencias aceptadas y con el resto de compañeras quedándose en la concentración Mapi León se fue? ¿Por qué sigue sin querer jugar con España pese a que tienen ya un control (y triunfo) enorme en el conflicto? Oficialmente es porque «no han sido las formas de volver» y «no estoy en condiciones». En eso tiene razón, pero hay un asunto que no pueden decir a nivel público: hay ganas de venganza.

O para decirlo de otra forma, sin que ese término venganza pueda entenderse como exclusivamente negativo, Mapi quiere limpieza total en la Federación. No quiere ni acepta ver a nadie del equipo anterior en la RFEF, sea de dirigentes o de la selección. En esto se incluye a Montse Tomé, que era la número dos de Vilda. A Mapi León no le vale lo que sí le puede valer a las campeonas del mundo. Ella quiere más.

Montse Tomé, seleccionadora femenina

Montse Tomé, seleccionadora femeninaEFE

La postura de Mapi León es consecuente con lo que ha hecho este último año. ¿De qué sirve liderar la revuelta, liderar las peticiones e incluso perderse el Mundial para ahora estar en una selección que sigue con gran parte del organigrama que estaba antes? Ella se va porque quiere más, porque su caso es especial y porque se desgastó a nivel personal en aquella renuncia que tan mal le salió en el plano deportivo al quedarse sin jugar ni ganar el Mundial.

Si Mapi puede permitirse el lujo de ser llamada a la selección y marcharse es por el flotador que le da el Gobierno, que la aseguró de que no activaría el proceso de sanción pese a que lo que ella ha hecho infringe de forma «muy grave» la Ley del Deporte. Esto formó parte de la negociación de madrugada con la Federación, que también se comprometió a no activar su Código Disciplinario con el que podría acabar castigada León.

Con Mapi –que cuando es jugadora del Barça tiene actitudes a menudo poco deportivas, como cuando se mofó de la hoy portera internacional Misa Rodríguez en un gesto feísimo y antideportivo– no se espera que vuelva a la selección mientras este Montse Tomé como entrenadora. Y tal y como están las cosas en la selección, está más cerca que se vaya la seleccionadora y que vuelva la jugadora. Y ese sería un triunfo para Mapi, pero un triunfo tardío, sin Mundial y de muy malas maneras.

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