¿Por qué ahora siempre hay dos o más sedes para jugar una Eurocopa o un Mundial de fútbol?

Los datos no mienten. Para organizar ahora un gran torneo futbolístico de selecciones, véase una Eurocopa o un Mundial, es necesaria una candidatura conjunta, presentarte junto a otro país –o países– con el objetivo de ser las sedes de la competición.

A excepción de la Eurocopa del año que viene, que se disputará en Alemania únicamente (y sede elegida hace ya varios años), los próximos grandes torneos siempre tendrán más de un país organizador; el Mundial de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá, la Eurocopa de 2028 en Reino Unido e Irlanda, el Mundial de 2030 en España, Marruecos, Portugal, Argentina, Paraguay y Uruguay y la Eurocopa de 2032 en Italia y Turquía.

Esto, antes, no era así. Hasta la fecha, el único Mundial que se ha disputado con más de un país como sede fue el de 2002, disputado entre Corea del Sur y Japón. Por lo que concierne a las Eurocopas, las disputadas en más de un país son la del 2000, entre Bélgica y Países Bajos, la del 2008 entre Austria y Suiza, 2012 entre Polonia y Ucrania y el experimento del torneo disputado en 2021, con 11 sedes en 11 países diferentes (siendo una de ellas Sevilla). Es decir, es algo del siglo XXI y, más específicamente, de los últimos años. ¿Por qué?

Para empezar, una de las razones es el creciente número de equipos que disputan cada torneo, derivando en más y más partidos. En las primeras Eurocopas apenas se clasificaban cuatro selecciones a la fase final, luego aumentó a ocho, 16 y ahora ya estamos por 24. Los Mundiales empezaron siendo de 16 selecciones, luego 24, 32 y el próximo será el primero con 48 equipos. En definitiva, a más partidos se necesitan más sedes, lo que dificulta a un país poder hacerse cargo en solitario de un evento así.

Se necesita mucha más infraestructura, es más caro organizarlos, y es complicado que un solo país pueda costearlo en solitario. Además, la creciente amenaza económica de países asiáticos, como es Arabia Saudí que sí se postula a organizar el Mundial 2034 en solitario o Qatar con el reciente Mundial, obliga al resto del mundo a ingeniarse maneras de ayudarse los unos a los otros y combatir a estos gigantes financieros.

Simon Chadwick, profesor de empresas deportivas en la Escuela de Negocios de Salford, Inglaterra, establece que «hay beneficios materiales al compartir el alojamiento de grandes eventos, sin mencionar que es conveniente políticamente. Es una forma útil de construir una relación con una serie de socios con fines políticos. Existen beneficios en términos de ciertas eficiencias de costo».

Por otra parte, Sean Hamil, profesor del Centro de Negocios Deportivos del Colegio Birkbeck, Inglaterra, dice que «solo hay algunos pocos países que pueden organizar eventos como el Mundial o la Eurocopa sin ayuda».

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, estableció que la idea de varios países compartiendo la sede de un Mundial va «perfectamente en la línea con las políticas de sostenibilidad y legado de la institución futbolística que preside».

Parece claro que las organizaciones conjuntas son el futuro y la única manera de combatir el músculo financiero que posee Oriente Medio. Una de las cosas a las que nos tendremos que acostumbrar en el nuevo fútbol.