Brahim no admite sorpresas ante la Arandina y el Real Madrid avanza sin problemas en Copa del Rey

No hubo sorpresa. No deja el Real Madrid que lo haya. En su estreno esta temporada en la Copa del Rey el equipo de Ancelotti hizo lo que tenía que hacer, ganar y pasar de ronda sin complicaciones. La fiesta del fútbol para la Arandina terminó como se esperaba, con triunfo del conjunto blanco (1-3).

Debutó Arda Güler. Tres canteranos –Vinicus Tobias, Carrillo y Nico Paz– fueron titulares. Joselu fue la referencia arriba. Estaba Bellingham en el banquillo con su manta. No jugó el inglés, no hizo falta, en un duelo a cero grados en Aranda de Duero, localidad que vivió una fiesta, la que trae el fútbol y el formato de Copa.

Güler fue la figura de este estreno copero del Real Madrid, que cabe recordar que es el actual campeón de esta competición. El turco, arrastrado por varias lesiones, debutó con el equipo blanco y dio pinceladas de su calidad, esa que asombró a los ojeadores futbolísticos y que le hacen ser una de las promesas de la Europa del balompié.

Arda no se escondió y pidió todos los balones, buscó el esférico en varias zonas del campo, lideró las jugadas de ataque del Real Madrid y tuvo dos buenos remates sin acierto. La más clara fue un lanzamiento de falta que pegó en el palo, jugada que demostró las ganas que tiene Güler por destacar y hacer ver a los madridistas que en él tienen un diamante por pulir. Lo hizo bien el turco en un partido en el que poco se podía demostrar (por la entidad del rival, el mal estado del césped, por ser su debut...). Ancelotti le dio una hora de partido. Justo antes de su cambio el Real Madrid había cerrado la victoria en Aranda de Duero.

La eliminatoria la desatascó Brahim a los diez minutos de salir de vestuarios. El malagueño aceleró para que su equipo no entrara en una peligrosa duda en un partido siempre con trampa. Y lo hizo cuando más se lo creyó la Arandina, que tuvo dos acercamientos peligrosos sin calidad final. Al ver eso Brahim dijo que los sustos se tenían que acabar.

Cogió el balón, se internó en el área y cuando entraba ya en la zona de peligro Zazu le puso el pie y le derribó. Penalti claro. Lo transformó Joselu rompiendo así la mala racha del Madrid esta temporada, que había fallado todos los penaltis hasta ahora. Un minuto después fue Brahim el que arrancó en el centro del campo, se fue quitando rivales y acabó rematando para poner el 0-2 en una jugada en la que se evidenció la diferencia entre unos y otros.

Tranquilizados ya, el Madrid tampoco fue a por más goles aunque sí tuvo uno más, ya en el tiempo de descuento, obra de Rodrygo en un penalti en movimiento. El brasileño entró en la segunda parte y se quedó solo y remató a placer.

No quiso hacer el Madrid más daño a una Arandina que vivió su momento de gloria en el tiempo de descuento al marcar un gol que se llevarán para siempre en su historia. Cabral hizo un centro y Nacho se lo metió en su propia portería para dar una alegría a la buena gente de Aranda, que lo celebró a lo grande recordando que lo vivido este sábado es un premio.

Y es que eso es lo que hay que recordar. Esto es lo que trae la Copa, un formato precioso (démosle el mérito a quien lo hizo, Luis Rubiales –y su equipo–) que regala alegría a poblaciones como Aranda de Duero. El fútbol es algo más que un deporte en la sociedad y esta eliminatoria (como la del Barcelona en Barbastro) demuestran que no solo es una eliminatoria de fútbol lo que aquí se jugaba.

El partido en general fue frío como el tiempo, aburrido por momentos, sin alardes del Madrid y sin poder mantener la Arandina la fuerza y la calidad del fútbol de élite. Se cumplió el guion y ganó el líder de la Primera División al colista de uno de los cinco grupos de la cuarta categoría del fútbol español. El premio del equipo burgalés ya lo tenía, recibir al mejor club del mundo en su coqueto campo, algo que recordarán toda la vida.