Brahim, el futbolista de barrio, será convocado por De la Fuente para la selección española
El jugador con mejor regate de la Liga se ha convertido en una pieza importante del Real Madrid y su sueño se hace realidad
El malagueño adquirió en el Milán una preparación física que el club blanco refuerza con trabajo de potencia y musculación para competir al más alto nivel
Es un futbolista de la calle, hecho en los barrios humildes de Málaga, uno de esos niños que, como nosotros hace décadas, jugaba enfrente de casa desde las cinco de la tarde y nuestra madre tenía que llamarnos cien veces a las nueve de la noche para que subiéramos a cenar a regañadientes. Así surgió la clase innata de Brahim para el regate, el recorte y la chicuelina con el balón, como así explotó la media verónica de Isco en las calles del Arroyo de la Miel, en Torremolinos.
Brahim Díaz destacó desde los siete años y el Málaga lo fichó. Su finta y su diablura con la pelota, regateando a su propio cuerpo, hizo que los grandes se fijarán en él. Fue el Manchester City quien se lo llevó, gracias a Pellegrini. Pero allí no tenía oportunidades y el Real Madrid lo contrató en la segunda era de Zidane.
El francés subrayó la confianza en sí mismo del chaval para encarar siempre al defensa contrario en cuanto recibía el balón. Le gustaba su dribling, su agresividad mental para intentarlo una y otra vez.
Zizou habló con el chico. Era muy joven y le aconsejó marcharse a un equipo donde tuviera la continuidad que él no podía darle. Llegó el Milán y su fichaje, con cláusula de retorno, fue un éxito. Semifinalista en la última Champions, se erigió en un baluarte del ataque rojinegro.
El revulsivo de Ancelotti
Allí obtuvo una mayor fuerza física y su brillantez genética supuso que el Real Madrid utilizara su derecho de recompra para recuperarlo por 27 millones.
Ha sido un acierto. Tras unos meses en los que Ancelotti no le dio los minutos que se merecía, se ha transformado en un jugador importante para el italiano. Hoy juega casi todos los partidos, habitualmente como revulsivo para romper a los rivales con su profundidad y su clase en el uno contra uno. Es el primer relevo del ataque madridista en los segundos tiempos y su fútbol vertical es un arma blanca.
Brahim es el futbolista que mejor juega en el ataque desde que salta al campo. Sus compañeros le buscan para darle el balón porque su regate abre los muros de contención. Genera un peligro constante. Sus paredes y combinaciones rompen a las defensas por bajo. Marca gol o da el pase para que lo haga otro compañero. Su eficacia es un seguro para Ancelotti. Suma veinte partidos, cinco goles y tres asistencias esta temporada, que debe ser la de su confirmación en el Real Madrid.
Realmente no se entiende que Luis de la Fuente no haya llamado aún al muchacho para la selección española absoluta, a sabiendas del interés marroquí de ganarlo para su causa. El cuerpo técnico del Real Madrid ha continuado el proceso de potencia y musculación del malacitano y Brahim es hoy uno de los mejores delanteros de España y debe ser internacional absoluto con nuestro equipo nacional.
Será convocado por España
El jugador madridista se ha negado a jugar en febrero con Marruecos porque espera la llamada de Luis de la Fuente. Vive la tesitura de elegir en qué selección juega y espera. Hay que ser inteligentes y hablar con el chaval para decirle que su sitio se encuentra aquí.
El seleccionador español convocará al andaluz en su próxima lista de marzo para disputar dos partidos amistosos. Brahim quiere enfrentarse a Brasil en el Bernabéu. El futbolista tiene en su mente ganarse una plaza para acudir a la Eurocopa de Alemania.
Brahim soñaba con triunfar en el Real Madrid y su voluntad para conseguirlo es un capítulo muy positivo que la entidad madridista valora. Cuando salta al campo se come el balón. Le hacen faltas constantes y no se arredra, vuelve a intentar el regate. La confianza que demuestra en su calidad técnica es total. Arriesga y ese es un punto fundamental para ser relevante en esta plantilla tan exigente y exigida. Tiene el carácter ganador que gusta en la cúpula de la entidad.