Protección de rugby en el hombro y vendaje de fútbol en el tobillo, la lucha del espartano Bellingham
El inglés se entrena con una protección en sus clavículas y se recupera del esguince de tobillo ayudado por los fisioterapeutas
Si por Jude fuera, reaparecería el 2 de marzo en Mestalla, pero la prudencia aconseja que lo haga el 6 en la Champions
Lo da todo en el césped y el aficionado disfruta de su esplendor en la hierba. Es capaz de hacer lo que sea con tal de jugar. Tiene veinte años y ansia de competir. Es lo que más le gusta en esta vida. Sus 186 centímetros de altura quedan pincelados por un peso de 75 kilos. Es un atleta y lo vemos en el campo. Esa entrega la paga con entradas muy duras, caídas preocupantes y lesiones de calado. Su calidad es frenada de cualquier manera. Ha sido víctima de dos dolencias. Y su carácter se inquieta al no estar en el campo junto a sus compañeros. Envuelto en protecciones especiales, Jude Bellingham quiere jugar dentro de una semana en Mestalla.
El inglés quiere reaparecer cuanto antes. Esa obsesión por jugar supuso que driblara la luxación del hombro derecho que sufrió ante el Sporting de Braga con la colocación de una protección especial que le hizo parecer un gladiador que peleaba en el coliseo romano.
Un gladiador romano
Bellingham es realmente un gladiador en el coliseo del Bernabéu. Esa protección que pasa por la espalda y rodea su torso cubre el hombro derecho lastimado, lo protege, lo aprieta y lo ciñe para que su despliegue en carrera y sus caídas no afecten a esa clavícula diestra tocada. Le duele al correr, pero puede soportarlo. Así ha competido y ha firmado goles en una decena de encuentros.
Jude conocía esas protecciones especiales porque las han utilizado otros futbolistas ingleses en su selección. Son los protectores que usan los jugadores del fútbol americano para aguantar los choques constantes en pos del balón ovalado.
Con ese problema, maniatado su pecho, Jude ha marcado veinte goles esta temporada, cuatro de ellos en Champions. Se ha convertido en el goleador del Real Madrid y en un artillero de la Liga española, sin ser un delantero. Haaland le elogia en las redes cada vez que marca porque sus registros son los mejores de su trayectoria profesional. Se demuestra una vez más que en el Real Madrid todos los talentos crecen. Cristiano, Kroos y Benzema son los últimos ejemplos. Jude se suma a la lista de platino.
Una segunda lesión ha frenado esa carrera casi imparable, de goles y de brillantez. Aunque Bellingham piensa volver pronto.
El tobillo torcido
El hombro no detuvo al inglés en su despliegue por los campos de España y de Europa. Fue el tobillo izquierdo el que le paró en seco. Sucedió ante el segundo clasificado, el conjunto gerundense, dirigido por Míchel. Una entrada de un rival y una torcedura posterior en una carrera doblegaron su zurda.
Fue sustituido entonces. Debió haber sido relevado antes, tras el primer percance. Los médicos dictaminaron que sufría un esguince de alto grado en el tobillo izquierdo. Y Jude se puso a trabajar para reaparecer cuanto antes.
Ayudado por los fisioterapeutas, el británico quiere reaparecer en siete días, en Mestalla. Tiene opciones. La visión más prudente es que vuelva a la competición el 6 de marzo, en Champions, ante el Leipzig y en el Bernabéu.
Guerrero, Jude desea estar en la guerra de Valencia, el sitio donde Vinicius soportó insultos racistas la temporada pasada. Es factible, pero lo lógico es que juegue minutos frente al Leipzig y que vuelva a tenerlos cuatro días más tarde ante el Celta en el mismo coliseo madridista.
Protegido el hombro derecho, envuelto el tobillo izquierdo, el gladiador inglés volverá a soltar sus redes en Chamartín en cuestión de diez días. Es el mejor futbolista de la Liga española y quiere serlo de la Copa de Europa. La Liga le necesita. Y el Real Madrid. Porque su espectáculo es distinto. Bellingham es distinto. Por eso le fichó Florentino Pérez. Siempre busca jugadores diferentes.