Valverde coge la batuta de Ancelotti
El tanque uruguayo se convierte en la extensión en el césped del entrenador y dirige al equipo para superar el atasco anterior
La tranquilidad de Ancelotti con Mbappé ya da sus frutos
Su madre vendía juguetes en Montevideo cuando llegaba la Navidad porque hacía falta plata en casa. Su hijo es un centrocampista de oro. Se sacrificó por sacar a su familia adelante y transformarse en un jugador importante. Lo ha conseguido. Federico Valverde no es un futbolista de periódico, como dicen los propios jugadores. No es un jugador que acapare el foco mediático, porque solo costó cinco millones de euros cuando tenía 16 años. Hoy tiene diez más y su valor de mercado es de 150 millones.
No se preocupen los madridistas, Federico Valverde es intransferible. Un acierto de la sección internacional del Real Madrid. El uruguayo se ha convertido en la extensión de Ancelotti en el césped. En el jefe del equipo. El líder que el conjunto blanco necesitaba tras el adiós de Kroos, del que heredó el número ocho porque el alemán y la propia entidad ya sabían lo que sucedería: el Halcón estaba listo para tomar el mando.
Decir que un jugador es la extensión del entrenador en el campo es muy importante. Muy pocos lo son. El Carlo Ancelotti mediocampista fue la extensión de Arraigo Sacchi en el Milán. Modric lo fue para Zidane. Kroos lo ha sido para Ancelotti en su retorno al banquillo madridista. Ahora, Valverde toma ese testigo y se ha transformado en el jefe del campeón de Europa. Su potencia, su resistencia, su velocidad de crucero y ese salto cualitativo que denotan sus goles al Atalanta y al Valladolid le han colocado al mando del grupo. El taconazo a Mbappé es la guinda de una seguridad en la exhibición técnica.
No solo es músculo
El caso Valverde es único. Se labró su carrera siendo un todoterreno, un motor incansable. Le costó encontrar el sitio y el momento adecuado para mostrar sus virtudes. Fue Zidane quien observó sus características y le introdujo en el primer equipo. Zinedine no solo destacaba su fuerza, su velocidad y su resistencia incombustible, sino que subrayaba ese carácter uruguayo para lograr lo que se quiere. «Si Fede dice que va a robar un balón, va con todo su poderío y lo roba», señalaba Zizou.
El funcionamiento de Kroos y de Modric como directores de juego durante Madrid de una década le impidió demostrar sus otras calidades en muchas ocasiones. Zidane, Ancelotti, todos le pedían a Valverde que utilizara su disparo. Lo ha hecho paulatinamente. Con Carlo ha marcado más goles que nunca. Ahora, la retirada de Toni ha supuesto que Federico adquiera también esa misión de crear fútbol, paralela a una explosión física que continúa sorprendiendo al mundo del balón. Sus carreras de galgo a partir del minuto setenta de cada partido destrozan a los rivales. Es imparable e inaguantable.
El campeón de Europa fichó a Mbappé y Endrick, para perder por el camino a Nacho, Joselu y Kroos. La ausencia del alemán, dueño de la batuta, se ha acusado sobremanera en el estreno de la temporada. Dos empates a domicilio y falta de mando en el campo. Ancelotti pensaba que faltó liderazgo. Necesitaba un líder que sacara toda su personalidad en los momentos duros e influyera en el equipo. Rüdiger es el mariscal en la retaguardia, pero era necesario un hombre que inyectara su carácter en el centro del campo, para transmitir confianza a los compañeros cuando hay problemas. El otrora 'Pajarito', hoy 'Halcón', fue el elegido. Y el uruguayo ha respondido. Sabía que ya le tocaba asumir esa responsabilidad.
Carletto ha expuesto públicamente las virtudes de Valverde, porque la evolución del uruguayo ha sido impresionante en el último trienio. El italiano dice que al uruguayo hay que decirle muy pocas cosas. Eso mismo comentaba Zidane sobre Modric. Ancelotti le ha pedido a Federico que saque más su disparo para romper los cerrojos y uno de sus tiros fue clave en la victoria frente al Valladolid, un partido tosco de los blancos.
Tras la igualada en Las Palmas, el técnico dio otra vuelta de tuerca a la situación y le pidió a Valverde que tomara las riendas. Frente al Betis vimos a un 'Fede', así le llaman, pletórico, con un pase genial de tacón a Mbappé para romper la muralla verdiblanca y una demostración de lucha constante, arriba y abajo, que levantó al público del Bernabéu de sus asientos. En agosto ya fue el autor de un gol al Atalanta para ganar la Supercopa de Europa. Es actualmente el mejor futbolista del Real Madrid y uno de los mejores de la Liga española. Todos los reconocen. Los madridistas y los que no lo son.
Contrato mejorado hasta 2029
Su rendimiento es tan espléndido que el Real Madrid le ha renovado y mejorado los contratos desde que aterrizó en Valdebebas hace ocho años. Su regularidad y esa progresión para enseñar cada vez más su calidad y no solo su portento físico le han hecho merecedor de convenios largos. Hace tres años renovó su casamiento con el Real Madrid hasta 2027. Y el año pasado Federico volvió a rubricar un nuevo acuerdo hasta 2029, con otra mejora económica.
Esta sucesión de contratos han premiado simplemente su funcionamiento espectacular. Fundamental en la obtención de las dos últimas Champions, Federico ha manifestado siempre que quiere ser capitán del Real Madrid y acabar su carrera en el Real Madrid. Desea ser un hombre de un solo club. Sus prestaciones son muy valoradas por la afición, que le considera imprescindible.
Valverde dijo desde que vino al Real Madrid hace ocho años que quería hacer historia en la casa blanca. La ha hecho. Suma dos Copas de Europa y sueña con las seis de Modric, Kroos, Nacho y el inolvidable Francisco Gento. Desea retirarse en el Real Madrid dentro de una década y ser otra leyenda. Ya es una leyenda en activo. Y su biología dice que le queda cuerda para rato. Ha tomado la batuta muy joven, a los 26.