De la Superliga a la renovación de la plantilla: los retos de Florentino Pérez en su séptimo mandato

Continuar siendo el equipo número uno del mundo con la renovación generacional del equipo campeón. Conseguir la Superliga para que se enfrenten periódicamente todos los grandes equipos europeos. Transformar el club en una sociedad anónima dirigida por los socios. Y rematar la conversión del Bernabéu en un centro multiusos. Esas son las cuatro grandes metas que se ha marcado Florentino Pérez en su séptimo mandato al frente del Real Madrid.

El secreto del éxito del club madrileño es que sus triunfos no le aburguesan. La dirección deportiva renueva la plantilla constantemente con energía y juventud. Ahora ataca la regeneración final del conjunto ganador de seis Copas de Europa.

Un cambio que comenzó con la llegada de Bellingham, Güler y Fran García, quienes conquistaron la Liga de Campeones en su primera temporada en el Bernabéu. Una remodelación que esta campaña se potenció con las incorporaciones de Mbappé y Endrick. Una reforma que volverá a ser importante el próximo verano.

Un año de novedades

El adiós de Nacho y las lesiones de larga duración de Militao y Carvajal exigen que la mayor parte del trabajo del verano se concentre en la retaguardia, porque esas bajas se han notado demasiado. El club espera que Alexander-Arnold cumpla su palabra y llegue en julio como nuevo lateral derecho blanco. Es un jugador de tendencia ofensiva, como Carvajal, que el entrenador necesita, porque Lucas Vázquez no es defensa.

Se analizará si se ficha también un central. El rendimiento de Asencio y Alaba, así como la recuperación de Militao, influirán en esta decisión. La entidad estudiará igualmente si decide el regreso de Miguel Gutiérrez, el lateral izquierdo de la cantera madridista que ha brillado en Gerona y que el Real Madrid puede recuperar por un precio de 8,5 millones.

Y la rúbrica de los intereses del campeón de Europa es la adquisición de un centrocampista del estilo de Zubimendi, con potencia para destruir y con talento y personalidad en la construcción ofensiva.

Florentino Pérez mantiene la premisa de Santiago Bernabéu de traer a los mejores futbolistas para jugar la mejor competición. Bernabéu inventó con el periódico L'Equipe la Copa de Europa en los años cincuenta, con la oposición de la UEFA, que hoy vive de ella. Pérez tiene en la cabeza la creación de la Superliga, con la oposición de la UEFA. La historia se repite.

El presidente reelegido por séptima vez no cejará en el intento de un proyecto que lidera Bern Reichart como CEO de la empresa A22 Sports.

Conseguida la victoria jurídica ante la Unión Europea de tener la libertad de organizar una competición sin la injerencia de la poderosa UEFA, se intentó negociar con ella, pero Ceferin no ha admitido el derecho de crear un torneo ajeno a su control y Reichart, apoyado por el Real Madrid, el Barcelona, el Napoles y otras entidades en la sombra, ha optado por continuar el proyecto de forma independiente. Veremos cómo avanza todo el engranaje para llevar a cabo esta revolución deportiva, como lo fue en su día la creación de la Copa de Europa.

Una transformación legal e histórica

Expuestos los temas deportivos que el presidente persigue, ahora quedan por explicar dos capítulos muy importantes que deben marcar el legado de Florentino Pérez.

El 21 de enero de 2025 será una fecha muy importante en la historia de la casa blanca. Pérez quedó reelegido presidente, sin ningún opositor que osara hacerle frente, ya que su gestión al cabo de un cuarto de siglo es muy difícil de emular. Pero la fecha será recordada en el futuro porque el dirigente madrileño comienza su séptimo mandato al frente de la entidad con el gran reto de transformar la situación jurídica del Real Madrid.

El objetivo es que el Real Madrid deje de ser un club de fútbol para pasar a ser una sociedad anónima controlada por los socios. Para ello, Florentino Pérez trabaja con sus abogados y empresas internacionales de confianza con el fin de crear una estructura jurídica idónea en la que los socios sean los accionistas y dueños reales de la institución. Esos futuros accionistas solo podrán traspasar sus acciones a familiares directos.

La clave es evitar que los grandes grupos inversores y los multimillonarios particulares se hagan con el control del Real Madrid. El legado que quiere dejar el presidente es que la entidad sea verdaderamente de los socios.

El hombre que fue elegido presidente del Real Madrid por primera vez nada más comenzar este siglo analiza con sus ayudantes la generación de un nuevo modelo de club, que sea de sus socios accionistas y que no pueda ser adquirido por jeques o empresas ajenas a la institución.

La idea es que ese remodelado Real Madrid salga a bolsa, pero solo con un diez por ciento de sus acciones en el mercado, con el fin de conseguir una revalorización de las acciones que será instantáneo. En realidad será una puesta en escena en el 'parqué' bursátil para conocer el valor real del Real Madrid.

Florentino Pérez tiene que realizar una convocatoria especial con los socios para aprobar en referéndum esta transformación jurídica total del Real Madrid. El objetivo es llevar a cabo esa convocatoria y obtener el refrendo de los socios y futuros accionistas este mismo año.

El Bernabéu como herencia moderna

Patrimonialmente, el legado de Florentino Pérez será el Bernabéu multiusos y la ciudad deportiva de Valdebebas. El presidente espera acabar las obras del nuevo coliseo este verano, que a partir de la siguiente temporada funcionará al máximo rendimiento.

Será un centro abierto periódicamente todos los días del año. Los eventos empresariales, sociales y lúdicos, los conciertos y la llegada de la NFL lo convertirán más que nunca en el centro neurálgico de Madrid. En el futuro veremos en el estadio partidos de la NBA. Esto no ha hecho más que empezar y Florentino Pérez lo quiero dejar todo atado y bien atado.