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Entenderán que me venga arriba

Acaba la fase de grupos de la Copa de Europa y ahora es como si nunca la hubiéramos jugado, que tan solo pasaba por allí el Madrid esperando que llegue el momento de la verdad, para el que hemos nacido y hemos venido a jugar

Actualizada 00:29

El lunes día de la Constitución, miércoles la Inmaculada Concepción y en medio el martes, partido de Copa de Europa contra el Inter de Milan. Antes de todo fue fin de semana y por si fuera poco, Madrid con sus luces de Navidad, los niños me han dejado dormir –algo– y en el palco del Bernabéu he saludado a C. Tangana (El Madrileño) que pasó por allí con unos colegas, porque el Madrid es de todos, de los que lo quieren y de los que aún no lo saben. Entenderán que me venga arriba.

Como tenemos que hablar de fútbol, diré que el Bernabéu ya tiene un nuevo ídolo consolidado en Vinicius, que es lo que pasa cuando te aplauden hasta cuando no te sale bien. O no del todo bien. Y tiene otro grande que aún lo será más, Militao provoca preguntas trascendentales: ¿Lo que hace este hombre es fútbol pero de otra dimensión? ¿Es tan fácil jugar a fútbol? Y encima lo hace bonito. En ese lugar, allí detrás, donde el Madrid parece nunca mirar (que para vivir tranquilos también tenemos a Courtois) parecería que ya nada malo nos puede pasar. Así sea.

Todo cambia menos lo que sigue igual, por eso hay que ver jugar al Madrid solo por Modric y Kroos, que la metió en el primer tiempo como el que pone las cosas en su lugar, para que nadie se haga ilusiones; porque sigo creyendo en la magia de Asensio (vean su gol nada más salir, un par de veces, háganse un favor) y porque Rodrygo tiene ese no sé qué de los que van a triunfar, y no me lo quiero perder. En realidad, hay que ver jugar al Madrid, incluso, cuando parece que todo apunta complicado. Hablo de esa paciencia que tiene el público de Chamartín en los partidos europeos, porque un primer tiempo solo es eso, un principio, siempre llegan otros 45 minutos y con este equipo, que es muy largo y ancho, todo parece fácil y nos acostumbra mal, tanto que incluso el Inter cuando atacó parecía ir de broma, solo por justificar el viaje desde Milán.

Acaba la fase de grupos de la Copa de Europa y ahora es como si nunca la hubiéramos jugado, que tan solo pasaba por allí el Madrid esperando que llegue el momento de la verdad, para el que hemos nacido y hemos venido a jugar. Sea. 

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