Atlético de Madrid 2-1 Oporto
Griezmann da una victoria épica al Atlético en el minuto 101 en la mayor locura del Metropolitano
En el último segundo anota un gol en un tiempo de descuento inexplicable: marcó Hermoso, empató el Oporto de penalti y Griezmann firmó la victoria cuando ya se acababa el partido
Se fue Simeone corriendo toda la banda. Era el minuto 101. El Atlético firmaba la victoria más épica en años al calor de su gente. Nadie se movió del Metropolitano minutos después. En el último segundo de partido marcó Griezmann, el que siempre sale en el 60', para desatar la locura en Madrid. Qué victoria del equipo rojiblanco, qué cosas da el fútbol. Porque el gol de Antoine vino precedido por una locura insólita. En 11 minutos se decidió todo, el tiempo que duró el descuento.
Si bien en los 90 minutos anteriores hubo un Atlético agobiado tras los sustos del Oporto, y también una expulsión de Taremi que dejó a los portugueses con 10, este estreno europeo de los rojiblancos duró 10 minutos. Se puede resumir todo al descuento. Con 0-0 Mario Hermoso apareció como imagen celestial para anotar un gol que ya se celebró de forma épica. Se fue a la grada de los ultras, a la grada del Frente Atlético, y se puso frente a ellos y se abrazó con sus aficionados. Sí, es el mismo Mario Hermoso que se encaró con algunos ultras del Atlético después de que estos le insultaran. Pero es que el fútbol es como es y en el Atlético es una locura.
No solo por eso, sino porque dos minutos después, en el 94', fue el mismo Mario Hermoso el que cometió un penalti tontísimo, sacando una mano a pasear sin sentido. Pena máxima y empate del Oporto, en el minuto 96. Se habían añadido nueve, pero el encuentro se fue hasta el 101. Y ahí llegó la locura con un saque de esquina que Alex Witsel desvió y encontró a Griezmann en el segundo palo. Remató el francés y explosionó el Metropolitano mientras Simeone se abrazaba a sus jugadores en una piña que explicaba lo inexplicable.
Hay que utilizar el tópico. El Atlético es otra cosa, diferente a este deporte. No es ya el 'qué manera de sufrir' con el que siempre han vivido, sino 'qué locura de vivir'. Porque vive en la locura, en lo imprevisto, en la rareza. El Atlético juega dentro de lo que no es normal. 90 minutos de fútbol en los que estuvo contra las cuerdas, en los que Oblak paró y bastante, en los que también tuvo sus ocasiones pero sin gran peligro. 90 minutos sin grandes alardes, con pocas expectativas. Y llega el descuento y pasa de todo, desde un gol de Mario Hermoso, un penalti en contra cometido por ese jugador y un gol en el último segundo y cuando ya pasaba el minuto 101. Y es que después del tanto de Griezmann no hubo nada más, ni siquiera el Oporto sacó de centro. Triunfo del Atlético. Triunfo de la locura futbolística.