El precioso gesto del Real Madrid con el Liverpool: puso el 'You'll Never Walk Alone' en el Bernabéu

Una vez que acabó el partido del Real Madrid ante el Liverpool pocos aficionados se movieron del Santiago Bernabéu. El club blanco, en un gesto totalmente novedoso, puso por la megafonía del estadio el himno del equipo rival en un ejemplo de deportividad y respeto.

Cada vez que termina un partido del Real Madrid en su estadio es habitual que nada más que el árbitro pita el final suene por megafonía el himno del club blanco, el famoso de «las mocitas madrileñas». Sin embargo, en este partido de vuelta de octavos ante el Liverpool no fue así.

Y es que el Real Madrid decidió que en gesto de respeto y agradecimiento sonara en el estadio de la capital de España el himno del Liverpool, el You'll Never Walk Alone, uno de esos cánticos que van ligados a la mayor esencia del fútbol. Esa canción se canta siempre en los minutos previos a cada encuentro del club inglés en Anfield.

Esta vez también ha sonado en el Bernabéu en gesto de agradecimiento. Y es que el Liverpool en el partido de ida tuvo otro gesto precioso con el Real Madrid. Fue con motivo de la muerte de Amancio Amaro, presidente de honor del club blanco, que falleció el mismo día que se jugó ese encuentro. El conjunto inglés se comportó con gran señorío al homenajear también al que fuera una de las grandes leyendas del madridismo.

En ese partido en Anfield el Liverpool se sumó al dolor por la muerte de Amancio y además de guardar un emotivo y respetuoso minuto de silencio también organizó un pequeño acto que se basó en colocar una corona de flores en el lugar en el que estaba la afición del Real Madrid en el estadio. Además lo hizo toda una leyenda del equipo local, Kenny Dalglish, que se acercó a la grada de los hinchas madridistas para colocar esa corona.

El Real Madrid agradeció mucho ese gesto y de ahí que una vez terminado el encuentro de vuelta de octavos hizo sonar por megafonía el You'll Never Walk Alone, la canción que más simboliza al Liverpool. Todo un gran gesto del equipo español que demuestra también respeto y admiración hacia su rival de esta eliminatoria. Un ejemplo de deportividad y que pone a los dos clubes a la altura de lo que ya eran: dos de los más grandes de Europa.