Haaland, desaparecido en el Bernabéu: Rüdiger demuestra cómo se le para
El delantero noruego, el más temido por el Real Madrid, no hizo nada por un perfecto marcaje del defensor alemán
Erling Haaland no solo era la amenaza del Real Madrid (y lo sigue siendo para el partido de vuelta). Era además la gran novedad del Manchester City respecto a la semifinal de Champions del año pasado, pero si recordamos alguna acción del noruego en el partido de este martes... no encontramos ninguna.
Haaland no ha aparecido en el encuentro de ida de estas semifinales de Copa de Europa. Y no porque no sea bueno, se le haya olvidado marcar goles o esté con molestias. Sencillamente no hizo lo que hace en cada partido porque Rüdiger le secó.
Con una racha impresionante de goles, batiendo todos los récords en Inglaterra y la sanción de Militao, todo hacía indicar que era el partido de Haaland. Todo estaba a su favor. Era además su primera gran noche en Europa y en el mejor escaparate posible, el estadio Santiago Bernabéu, el lugar donde la Champions League tiene una importancia mayor.
Pero Haaland no hizo nada. Le anuló por completo Rüdiger, que estuvo en todo momento encima de él. El defensor alemán dio un clinic de cómo se puede parar al noruego. El marcaje fue clave: ni se le fue en ninguna jugada. Estuvo 90 minutos encima de él, cada vez que tocaba el balón ya estaba ahí el madridista siendo su sombra continua.
Solo tuvo una ocasión Erling cuando se acostumbra a tener mínimo cinco en cada partido: fue un remate muy blandito que Courtois no tuvo ni que esforzarse para parar. Fue uno de los encuentros más flojos de Haaland, que querrá ahora ganas de revancha para el partido de vuelta, a jugar el próximo miércoles (17 de mayo) en su casa, el Etihad Stadium de Mánchester.
Tenía una oportunidad el noruego para reivindicar su figura ante una gran cita europea y en un estadio cuyo equipo también le desea. Pero falló. Estuvo muy aislado. Sus compañeros no le encontraron pero todo tiene una explicación: estaba Rüdiger, el hombre al que Ancelotti le dijo que solo estuviera pendiente del noruego. Y si no llegaba el alemán, ahí estaba Alaba, el otro central, perfectamente compenetrados para parar al 'monstruo' del City.