Koke, el eterno capitán que dirige la sala de máquinas del Atlético y que siente los colores como nadie

A Jorge Resurrección Merodio, más conocido en el entorno del Atlético de Madrid como Koke, le corre el color rojiblanco por las venas. El color de su Atleti. El equipo de su vida y en el que lleva desde los seis años. En el conjunto rojiblanco le han visto crecer y le han visto convertirse en una leyenda viva.

Koke se ha ganado esa condición. Parecía imposible que alguien superase la marca de Adelardo en lo que a número de partidos se refiere (553 partidos), pero el '6' le superó el 1 de octubre de 2022, cuando el conjunto rojiblanco jugó y ganó al Sevilla en el Sánchez-Pizjuán de la capital hispalense. Desde ese día, Koke ha ido agrandando esa cifra. Ya ha llegado a los 600 partidos, todo un hito histórico. Y todavía tiene 31 años. Esto invita a pensar que seguirá haciendo historia con el equipo de sus amores.

El éxito reciente del Atlético de Madrid no se entendería sin la figura de Koke Resurrección. El centrocampista nacido en Vallecas es el eterno capitán del conjunto rojiblanco, está cogiendo el testigo que dejó el ya retirado Gabi Fernández, quien fuera capitán hasta la temporada 2017-2018. Ese año, el centrocampista madrileño se fue del Atleti para emprender su última aventura como futbolista profesional: recalar en las filas del Al-Sadd, el equipo del que Xavi Hernández era el entrenador.

No hace falta mirar más allá para afirmar que Koke es un líder dentro y fuera del campo. Es el primero que sale a dar la cara cuando las cosas van mal y es todo un ejemplo para los futbolistas más jóvenes que sueñan algún día con jugar en el primer equipo del Atlético de Madrid.

El ojo derecho de Simeone

Diego Pablo Simeone recaló en las filas del Atlético de Madrid en diciembre de 2012. Y desde esa fecha, la relación entre el argentino y Koke ha sido de amor y respeto por el escudo. «Mi objetivo es triunfar en el Atleti», le dijo Koke al 'Cholo'. Toda una declaración de intenciones. El técnico argentino fue el principal valedor del ascenso de Koke al primer equipo rojiblanco.

Desde entonces, Koke ha ido adquiriendo esos galones de líder y gran parte de la Liga que conquistó en 2014 el Atlético de Madrid se debe a su liderazgo y calidad. A saber qué hubiera sido del conjunto rojiblanco si Koke no existiera. Probablemente, el equipo seguiría a la deriva y sin un rumbo fijo.

Koke y Simeone están condenados a entenderse. El amor que se profesan es similar al que puede sentir un padre hacia su hijo. Y es que es eso. Koke es el 'hijo' futbolístico del preparador argentino. Eso es algo indudable y en el Atlético de Madrid lo saben.

El líder de la sala de máquinas

En la actualidad, el Atlético de Madrid es una máquina de jugar al fútbol. Simeone ha dado con la tecla y el conjunto rojiblanco ha cambiado su ADN: ha mutado de un fútbol guerrillero a un estilo de juego ofensivo, atractivo y, sobre todo, goleador. Y todo el fútbol vertical sale de las botas de Koke.

El madrileño forma un cuarteto de lujo con Rodrigo de Paul, Saúl, Pablo Barrios, Marcos Llorente y compañía. No hay quien le saque del once titular. Pero antes del argentino y los tres centrocampistas madrileños, al lado de 'Kokinho' (apodo que recibe el '6' en el vestuario) estuvieron futbolistas que no guardan un buen recuerdo para la afición atlética, como Kondogbia, Wass o Héctor Herrera y otros que sí como Thomas Partey, Rodri Hernández, Gabi o Tiago Mendes. En definitiva, Koke es un espejo en el que mirarse si se quieren hacer las cosas bien.

Cabe recordar que Koke termina contrato con el Atleti el próximo verano, pero lo más normal es que el madrileño amplíe su vinculación con la entidad colchonera para así poder seguir haciendo historia. Koke y el Atleti están condenados a entenderse, le pese a quien le pese.