Kylian Mbappé esfuma el sueño de la Real Sociedad con una exhibición y clasifica al PSG a cuartos de Champions

Estaba muy difícil y la Real era consciente de ello. Pero lo que no sabían es que Kylian Mbappé se iba a encargar de esfumar el sueño del conjunto donostiarra. El conjunto parisino no le dio ni una sola opción a los de Imanol y con un gran doblete de su estrella logró una clasificación para cuartos de Champions que ya había dejado medio hecha en el Parque de los Príncipes (0-2).

El 2-0 de la ida cosechado por el PSG dolió en clave donostiarra. Pero sabían que el partido de vuelta se jugaba en el Reale Arena y que había licencia para soñar. Por eso, el ambiente en el feudo txuriurdin era sensacional. Ya en clave futbolístico, el plan de partido de la Real se basó en salir a presionar al PSG desde el principio, dominar el encuentro y esperar acontecimientos. Los de Imanol sabían que buena parte de sus posibilidades residía en marcar pronto y así se lo tomaron.

En el caso del PSG, Luis Enrique se dio cuenta desde el principio de que la clave iba a estar en los contraataques por banda. Y en ese sentido, contar con dos balas como Mbappé y Dembélé ayuda mucho. En los primeros minutos de encuentro, se vio a la Real muy enchufada y confiada en adelantarse primero, pero el que consiguió adelantar al PSG y dejar la eliminatoria finiquitada en el minuto 15 fue el propio Mbappé.

El bueno de Kylian recibió por banda izquierda entre el central y el lateral, levantó la cabeza, avanzó en vertical y, con un señor latigazo, superó a un Remiro que solo pudo mirar cómo el disparo del francés se colaba y rompía la red (literalmente) de su portería. Si antes estaba complicado, con el gol de Mbappé todo se puso muy cuesta arriba. La Real necesitaba marcar tres tantos para empatar y cuatro para remontar. Y en este tramo de la temporada, el principal problema del conjunto realista es, precisamente, el gol.

El 0-1 no le sentó nada bien al equipo de Imanol Alguacil. El PSG neutralizó por completo a la Real, empezó a controlar el duelo y siguió asediando la portería de un Remiro que estaba salvando a su equipo de una goleada. A pesar de todo, la Real siguió compitiendo y se llevó algún que otro aplauso por parte de su afición.

El partido se empezó a endurecer y hubo faltas por todos lados. Y ahí fue cuando el colegiado inglés Michael Oliver entró en escena para intentar poner algo de paz y así evitar que el duelo no se le fuera de las manos. En definitiva, el PSG estaba haciendo un partido muy serio y tenía todo bajo control.

Tras el paso por vestuarios, Luis Enrique decidió cambiar al joven Barcola para dar entrada a Kang-In Lee, un viejo conocido de la liga española. Cabe recordar que el coreano defendió la elástica del Mallorca la temporada pasada. Y en el tema futbolístico, el PSG siguió igual. Es decir, controlando el duelo y negando a la Real Sociedad cualquier posibilidad de marcar (por lo menos) el gol del honor.

Y lo que llegó diez minutos después de la reanudación fue el 0-2 del PSG. El goleador fue el mismo que el del 0-1. Kylian Mbappé arrancó en velocidad, se fue solo hacia el área, giró el tobillo e introdujo el balón por el palo corto de Álex Remiro. El francés tenía ganas de fiesta. Así lo demostró y le dejó claro a la afición txuriurdin por qué es el mejor futbolista del mundo.

Con el 0-2, la Real tiró de orgullo y reaccionó para levantar de los asientos a sus aficionados. Los donostiarras empezaron a presionar muy arriba para (al menos) marcarle un gol al PSG, algo que no se consigue todos los días. Esta mejoría en el juego tuvo mucho que ver con los cambios introducidos por Imanol Alguacil. Y en ese sentido, Ander Barrenetxea le dio mucha claridad al equipo en ataque.

Después de ese pequeño arreón de la Real, el ritmo del encuentro decayó ligeramente. Y ahí fue cuando tanto Luis Enrique como Imanol Alguacil decidieron cambiar a sus mejores hombres para darles un merecido descanso. Como era lógico, la desilusión reinaba entre los aficionados realistas.

Nada salió como ellos habían planeado. Nunca es agradable caer en octavos de Champions después de haber completado una fase de grupos fantástica e inmaculada. Y en el caso del PSG, los más de 1.500 aficionados del PSG disfrutaban de lo lindo y no dejaban de cantar en la grada visitante.

La pregunta que se hacían los aficionados de la Real Sociedad era la siguiente: ¿Cómo se podían despedir con una pequeña 'alegría'? Pues marcando el gol del honor. Y Mikel Merino fue el encargado de hacer ese 1-2. El Reale Arena celebró el gol a lo grande. El resultado ya les daba igual. Lo que querían eran irse con un buen sabor de boca a sus casas. Y despidieron a su equipo con un comportamiento ejemplar. En resumen, el PSG a cuartos y la Real eliminada.