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Joselu celebra uno de sus goles contra el Bayern

Joselu celebra uno de sus goles contra el BayernEFE

Real Madrid 2-1 Bayern Múnich

El Real Madrid vuelve a codearse con la épica y se mete en la final en el tiempo de descuento

Lo habían intentado de todas las maneras, pero el balón no entraba. Sus tiros rozaban el palo, se perdían por centímetros o los atrapaba Neuer. No había manera. El Bayern se había adelantado aprovechando una rápida contra y ya veía Londres en el horizonte. Todo estaba preparado para una final alemana. Pero volvió a suceder lo imposible. Allí, asomando al abismo, el delantero con el que nadie contaba firmó un pacto con la historia para abrirse paso a la primera línea de nuestra memoria. Fue allí, en el filo del fútbol, donde el Real Madrid congeló el tiempo para bailar, por siempre, sobre la eternidad.

Joselu, el delantero suplente, apareció dos veces en el punto de penalti para culminar una remontada más, otra proeza, que escribir con letras de oro en la historia de este club. Nadie convive con la excelencia como ellos hacen. Porque para ellos no es una ataque a la desesperada. Es su hábitat, su día a día y su razón de ser.

De entrada, cuando el árbitro hizo sonar el silbato y el balón de las estrellas echó a rodar, las cartas se pusieron sobre la mesa. Ancelotti recuperaba a Carvajal, uno de esos jugadores que modifica eliminatorias y, ante eso, Tuchel, consciente de que ya no tenía la ventaja en esa banda, reubicó a la perla Musiala por dentro, prescindiendo de Thomas Müller y dando entrada a otro extremo rápido y eléctrico como es Serge Gnabry. Además, de cara a superar el problema de creatividad que tuvo en el mediocampo en la ida, y sin poder contar con Guerreiro, lesionado el pasado sábado, el Bayern apostó por el jovencísimo y talentoso Pavlovic para acompañar al trabajador Laimer.

En el Real Madrid, una modificación clave, Si Ancelotti venía construyendo el equipo sobre la novedosa posición de Vinicius como delantero, con Rodrygo en la banda izquierda, esta vez iban a formar los dos una potente doble punta e iba a ser Jude Bellingham quien se recostaba sobre la banda izquierda. Como resultado, el Madrid iba a volcar todos sus ataques sobre su sector zurdo, con ataques muy rápidos a pocos toques que al Bayern le costaba contener.

Neuer detiene un disparo del Real Madrid

Neuer detiene un disparo del Real MadridEFE

Además, sin balón los de Ancelotti subieron altura y añadieron agresividad, complicando mucho la salida de balón bávara, que apenas lograba traspasar la divisoria. Fueron unos primeros minutos de torbellino, pero el Bayern resistió. Quizás, porque es el único equipo, junto al Madrid, que disfruta cuando le colocan en medio de la tormenta.

Las intenciones de los alemanes eran claras: atraer en primeros pases, incitar a la presión madridista a saltar y salir en largo sobre Harry Kane. Pero Nacho y Rüdiger volvieron a estar titánicos conteniendo al delantero inglés. Como en Manchester contra Haaland. Para ellos un miércoles de Champions en mayo es como bajar a comprar el pan.

Vinicius rodeado de jugadores del Bayern

Vinicius rodeado de jugadores del BayernEFE

Fue un primer tiempo de buenos momentos por parte de ambos, pero donde se priorizó la precaución. En la Champions muchas veces vale más el miedo a perder que la valentía a ganar. Con la eliminatoria en punto muerto, llegado el descanso, hora de los ajustes.

Intervino Ancelotti ordenando a Vinicius abrirse más en las posesiones blancas, mostrarse como un destinatario más fácil. El brasileño lo hizo, y desde ahí empezó a torturar a Kimmich. Recibir, encarar, regatear hacia fuera y centrar buscando el punto de penalti. Esa era la hoja de ruta de los blancos... pero nadie aparecía para el remate.

El Bayern se mantenía agazapado, esperando en su campo, con esperanzas de conectar con Kane o Musiala para poder salir a la contra, pero raramente estas se traducían en peligro real. Los blancos llevaban la manija del encuentro, pero no lo mostraban en el marcador. El partido estaba en esa encrucijada peligrosa donde todo puede pasar, donde estos dos equipos se manejan tan bien.

En una de esas, el Bayern sí logró conectar con Musiala y éste lanzó a Davies, que se plantó en el área y resolvió con un disparo esquinado imposible para Lunin. Con poco más de 20 minutos por delante, al Real Madrid, de nuevo contra las cuerdas, le tocaba dar un paso al frente.

Lo hizo, instantáneamente, como se les presuponía, pero el VAR anuló el gol por falta previa de Nacho. Dispuesto a resistir como hiciese falta, el Bayern dio entrada a otro central, el señalado en la ida Kim, para formar en lo que por momentos era un ultra defensivo 6-3-1. Sin nada que perder, Ancelotti quemó sus opciones, con Brahim por la derecha y Joselu para rematar balones en el área, el destinatario que estaban anhelando las jugadas de Vinicius.

Los jugadores del Madrid celebran un gol.

Los jugadores del Madrid celebran un gol.EFE

Tuchel, con miedo a perder lo ganado, quitó a sus dos mejores jugadores y se jugó su carta a la resistencia, pero en el Bernabéu eso es certificar tu derrota. Quien teme la derrota ya ha sido derrotado. La Champions League es la competición del miedo. De saber controlarlo y convertirlo en tu fortaleza.

Un fallo del portero que nunca falla y un remate, solo, en el corazón del área, certificaron otra remontada y convirtieron en empírico lo imposible. En el área los pilares del Bayern caen y Joselu culmina la noche con una acción que da buena muestra de lo que la mente del deportista es capaz de crear a favor y de paralizar en contra. Historia que tú hiciste. Historia por hacer.

Ficha técnica

Real Madrid: Lunin; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Valverde (Joselu, 81´), Tchouaméni (Camavinga, 69´), Kroos (Modric, 69´), Rodrygo (Brahim, 81´); Bellingham (Militao, 99´), Vinicius

​Bayern Múnich: Neuer; Kimmich, De Ligt, Dier, Mazraoui; Laimer, Pavlovic; Sané (Kim, 76´), Musiala (Müller, 84´), Gnabry (Davies, 27´); Kane (Choupo-Moting, 84´)

​Goles: 0-1 Davies (67´); 1-1 Joselu (88´); 2-1 Joselu (92´)
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