El Barcelona se presenta en la Champions, su talón de Aquiles, con los jugadores felices sin Xavi

La Champions conseguida por el Barcelona el 6 de junio de 2015 supuso un antes y un después en el historial del club azulgrana en esta competición. Ese día, Luis Enrique y compañía tocaron el cielo de Berlín después de ganar 1-3 a la Juventus. El problema es que lo que no sabían los futbolistas del Barcelona es que, después de ese triunfo, no iban a volver a saborear las mieles del éxito en la máxima competición del fútbol europeo.

Porque sí. Después de ese glorioso día, el club culé cayó en picado y lo que le vino después fue exactamente lo contrario de lo que habían soñado. No solo acumularon fracasos contra rivales de menor entidad, sino que vieron como el Real Madrid, su eterno rival, conseguía tres Champions seguidas, algo que hirió el orgullo del Barcelona y del barcelonismo. Por una serie de motivos que a día de hoy se desconocen, el conjunto azulgrana se olvidó de competir en Champions y este torneo pasó a convertirse en su talón de Aquiles.

La eliminación más sonada y dolorosa fue la del Bayern de Múnich el 14 de agosto de 2020. Esa tarde, el conjunto bávaro pasó por encima de los azulgranas y acabaron pasando a semifinales después de derrotar por 8-2 al equipo, por aquel entonces, entrenado por el cántabro Quique Setién. Esa tarde-noche, el Barça tocó fondo y lo que vino después fueron dos eliminaciones en fase de grupos y dos ediciones en las que el conjunto catalán participó en la Europa League, la segunda competición en importancia del fútbol europeo.

En dicho torneo el Barça cayó eliminado frente al Eintracht de Frankfurt (2021) y al Manchester United (2022) y eso se consideró como una humillación para un club que ganó cinco Copas de Europa y que contaba con cierto prestigio en el fútbol europeo. Ahí fue cuando Xavi sacó su orgullo y se encargó de que en la Champions 2023-2024, su equipo intentara, al menos, pasar de grupos para volver a disputar una eliminatoria de octavos de final.

El técnico egarense lo consiguió. En la primera ronda eliminatoria, los culés se deshicieron del Nápoles, pero en cuartos de final les llegó una prueba de fuego real y allí quedó claro que el Barça de Xavi no estaba diseñado para enfrentarse a los grandes de Europa. El PSG le devolvió a la realidad con una remontada grandiosa en Montjuic. Y en ese duelo fue donde Xavi sabía que su etapa en el Barcelona había llegado a su fin. Ya no había vuelta atrás.

El turno de Flick

Joan Laporta dijo basta y tomó la decisión de entregarle las llaves del banquillo culé a Hansi Flick. El alemán había sido el técnico que había vapuleado al Barça en esos cuartos de final del 2020 y el presidente azulgrana estaba convencido de que Flick iba a ser capaz de devolver al club catalán a la élite europea.

Después de un inicio de Liga inmaculado, al Barça de Flick le llega el momento de volver a competir en la Champions. Y lo hace con un nuevo formato que habrá que ver si le beneficia o no. A priori, el conjunto azulgrana no debería de tener grandes problemas para lograr la clasificación directa a octavos. Los únicos duelos de altura tendrán lugar contra el Borussia Dortmund y el Bayern. Allí sí podría sufrir.

En el resto de encuentros, los azulgrana se enfrentan al Benfica, a la Atalanta, al Estrella Roja, al Mónaco, al Stade de Brest y al Young Boys, rivales de menor entidad y con muy poca experiencia en la máxima competición del fútbol europeo.

Este tipo de competiciones se deben afrontar con alegría y con buena letra. Y la realidad es que los futbolistas del Barça han vuelto a sonreír. La salida de Xavi les vino francamente bien y están encantados con la forma de trabajar del técnico alemán. El sueño es volver a triunfar en Europa. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio y habrá que ver hasta dónde llega el club culé. La intención y la felicidad están ahí.