Almería 1-2 Real Madrid
Alaba culmina la victoria del Madrid tras la escapada del Almería
El equipo de Ancelotti fue casi una hora por debajo en el marcador, pero terminó alcanzando a los locales con gol de Lucas y un gran lanzamiento de falta del defensa austríaco
Ya sabemos que Rüdiger tiene que ir de frente. Si se tiene que dar la vuelta es un poco como aquellos mostrencos del imperio en La Guerra de las Galaxias alrededor de cuyas patas daban vueltas los cazas rebeldes trabándoles con el cable para derribarles estrepitosamente. Antonio es un destructor que tiene que ir hacia adelante.
Pero el Madrid tiene ese impulso que es como John Wayne sobre su caballo pinto en El Dorado saliendo del río. Tuvieron varias oportunidades así, rebelados. Y también Sadiq pudo emular a Ramazani con un disparo a la contra que se fue por poco, mientras trataban los violetas ajustar su centrocampismo joven y todavía no esplendoroso en la hierba.
Buscando huecos como ratones
Habían rematado Benzema, Valverde (Fernando a duras penas pudo mantenerse en pie en el despeje, pero lo hizo), Camavinga… Mendy, Vinicius y Benzema eran como los vasos del trilero. Tenían alegría los locales en la salida y luego formaban una muralla en el repliegue. Kroos lanzó la pelota por encima de ese muro para Benzema, un Saladino empeñado en recuperar Jerusalén.
Lo hacía desde todas partes, empeñando también a Vinicius, con el que forma un dúo de mentalistas. Entre ambos buscaban mayormente huequitos en la pared, como ratones. Por dos veces lo hizo bien Rüdiger, primero en el pase a la olla y después en el remate. El primer brillo de clase de Tchouaméni se vio en una melé en el área contraria de la que salió como con frac.
Disparaba el Madrid, casi a discreción, heterogéneamente, fantasiosamente. Vini era una luciérnaga y Kroos dio un pase como un pastel de zanahoria que fue gol en fuera de juego de Lucas. Organizaba Benzema desde una colina en un lado del campo. Mendy hacía de Vinicius para darle descanso al brasileño, el principal ariete madridista.
Pisaba Camavinga la hierba como un elefante en la jungla que había tejido el Almería. Terminaba la primera parte y Benzema se marchaba corriendo al vestuario como si se le hubiera ocurrido una idea que tuviera que apuntar enseguida para que no se le olvidara. El elegido de Ancelotti para buscar a Kurtz fue Modric, que sustituyó a Eduardo, el Mallow de este Corazón de las Tinieblas.
Era ya Benzema un Monet que hubiera visto amapolas
La tuvo Vinicius desde fuera de una muchedumbre con un pase por alto que terminó golpeando en el palo. La seriedad almerista continuaba, cómo no. Valverde corría con la pelota para llevársela muy lejos de todo. Era una fiesta de contraataques. Cuando cesó la música el Madrid se centró, con literalidad, para fabricarse un carril sinuoso entre Vini y Karim que no funcionó.
Salió Hazard por Tchouaméni al filo de la hora. Desde la izquierda de Mendy dibujó el Madrid un circuito en el área con Vinicius como si fuera Carl Lewis yendo a saltar en Los Angeles 84. Fue Benzema quien puso el toque final para que Lucas apareciese por el centro y encontrara por fin un agujero en la tapia rojiblanca. Era ya Benzema un Monet que hubiera visto amapolas. Debía de ser esa la idea que había imaginado en el descanso: amapolas.
'El Golpe'
Cortaba el Madrid la avanzadilla local en los medios con contundencia mientras asediaba esa alcazaba. Fue Alaba el que salió al campo y dijo que quería disparar esa falta. Y cómo lo hizo. Qué perfección, que altura al filo de las cabezas, qué dirección: al palo y a la red. Era Paul Newman en el tren haciendo trampas al póker. Todavía faltaba dar El Golpe, que al final fue lo que sucedió. Un plan bien preparado y paciente, lleno de riesgos y trazado entre amapolas.
Ficha técnica:
Real Madrid 2: Courtois; Mendy (Alaba, m. 73), Nacho, Rüdiger, Lucas; Camavinga (Modric, m. 46), Tchouaméni, Kroos (Casemiro, m. 82); Valverde, Benzema, Vinicius (Ceballos, m. 82).
Goles: 1-0 (Ramazani, m. 6). 1-1 (Lucas, m. 61). 1-2 (Alaba, m. 74).